LAS MENTIRAS DE TECHINT Y SUS TÍTERES, LOS FUNCIONARIOS DE AVELLANEDA Y QUILMES

Se podrían decir muchas cosas sobre la polémica surgida por el proyecto “Costa del Plata”, muchas a favor y otras en contra. Todas, posturas subjetivas. Pero hay un hecho que es incontrastable: el daño a la naturaleza del que, aunque soberbiamente casi no querramos admitirlo, el ser humano es parte.

En Avellaneda, los habitantes de la ciudad vemos cómo la administración oficialista y sus aliados se esfuerzan... para favorecer los intereses de la multinacional Techint, y se atreven a límites que lindan con el ridículo, como negar “el desmonte” al mismo tiempo que reconocen que “por cada árbol que se tala, se plantan otros tres” (como dijo descaradamente el jefe del No honorable Concejo Deliberante, Armando Bertolotto), y que “se trasladan a otro lado” (nunca especificado). O admitir “que se están haciendo los trabajos de la apertura de calles” (como reconoció la representante de Techint, Fabiana Strada, ante los concejales que fueron a recorrer el lugar)... ¿dónde? ¡Pues por supuesto, en el monte costero!

¿Cómo es posible “que no haya desmonte” en el monte donde “se están haciendo trabajos de apertura de calles”? ¿de verdad se creen estos tipos que somos todos idiotas?

Es posible que a la mayoría le pasen “por el costado” declaraciones semejantes, pero otros (por ahora, desgraciadamente muy pocos), tratamos de hacer ver en ellas la punta del ovillo de la mentira. Porque, si mienten en algo tan evidente... ¿cómo no van a mentir en todo lo demás?

Lo cierto es que las argumentaciones de la multinacional y sus lacayos (los funcionarios y concejales que trabajan para ella) hacen agua por todos lados

Hay cuatro aspectos fundamentales para analizar la problemática:

1- La “cuestión ambiental”: es en la que fundamentalmente basan su lucha los grupos ambientalistas. Y tienen la razón de su lado, porque la selva marginal y los humedales de la zona realizan una tarea imprescindible para el equilibrio ecológico. Sin ir más lejos, y aunque canse repetirlo, la Organización Mundial de la Salud ha establecido como base para aspirar a un medio ambiente sano, que por cada habitante de un centro urbano, debe haber 15m cuadrados de espacios verdes. Hoy, sin el nefasto proyecto de Techint y sus lacayos, Avellaneda tiene ¡0,4m cuadrados por habitante! Con el proyecto terminado, será mucho menos aún ¿Hacen falta más argumentos para tener en cuenta? Sin embargo, no es el único:

2- El aspecto “estructural”: según reconoce el “señor” Bertolotto, en el lugar se proyecta que vivan entre 25 y 30mil personas, con lo que veladamente admite un negocio inmobililiario monumental. Claro, éste se da en un municipio de casi 400mil personas, como hemos dicho casi sin espacios verdes, y con la infraestructura de desagües pluviales, red de agua potable y cloacas al límite. Estudios imparciales han demostrado que la construcción de Costa del Plata afectará al resto de la población de Avellaneda y Quilmes con inundaciones ante lluvias y crecidas mucho más perjudiciales que las que se han visto hasta ahora, además de los trastornos por la pérdida aún mayor de la calidad de los servicios que hoy reciben

3- El tema de la “propiedad de la tierra”: Techint se está viendo beneficiado por una casta de políticos mamporreros que le están entregando alegremente tierras que pertenecen a los habitantes de Avellaneda y Quilmes. Empezando por considerar que la multinacional hizo negocios con la Dictadura asesina, con la que firmó el convenio en 1978 para hacerse cargo del relleno (in)”sanitario” através de una de sus empresas (Syusa). El convenio establecía que una de las formas que el Estado “podría utilizar” para pagar los “servicios” de Syusa, era con parcelas de tierra, pero que éstas debían ser las rellenadas. Techint utilizó menos de un tercio de los terrenoo concesionadas, pero le están entregando la totalidad de las tierras. De todas maneras, la forma en que Techint-Syusa se ha desenvuelto en el predio del Ceamse, abre el otro aspecto a considerar, que es el siguiente:

4- La “responsabilidad social”: Techint ha generado un verdadero desastre ambiental en Avellaneda y Quilmes con su tratamiento de la basura en el Ceamse. Baste decir que según se establecía en los pliegos del convenio, debía utilizar una lona de al menos diez micrones de espesor para evitar que los líquidos lixiviados que produce la basura se pasaran a las napas y las contaminara. Techint no lo hizo, y es más, presentó un amañado estudio ambiental que decía que “la graba de las tierras utilizadas permitía obviar la lona de protección”. Por supuesto, los líquidos terminaron contaminando toda la zona. Los gases que venteaba (y sigue venteando) la inmensa montaña de más de 50 millones de toneladas de basura son letales para la salud humana. Por eso la media de cáncer en los alrededores fue ampliamente superada, y generó el movimiento de “las Madres de las torres” en el complejo de Las Flores al 1600, debido a la cantidad de chicos que enfermaron. De todo ese desastre Techint es responsable. Y los funcionarios la premian entregándole las tierras, en vez de sancionarla y hacerle pagar la remediación de los males que provocó.

Los cuatro puntos aquí expuestos son verdades incontrastables, y sólo quien vele por intereses opuestos a los del bienestar de los seres humanos puede desdeñarlos.

Es posible que quienes han sido beneficiados con al menos un tour por EEUU pagado por Techint, como los intendentes Guiterrez y el por entonces jefe del municipio de Avellaneda, Cacho Alvarez, del que el hoy intendente Ferraresi es su delfín, o el mismo Bertolotto, opinen en contra de toda evidencia, sólo por poner sus intereses personales y mezquinos por encima de los de la comunidad toda.

Estos nefastos personajes hablan de que el “proyecto va a sacar a la Costa del abandono en el que está”. Digamos que la naturaleza no necesita de la mano del hombre para desarrollarse, lo ha hecho por millones de años antes de que éste empezara a caminar su historia en la Tierra. Y, viendo lo que han hecho los “Techint boys” por estos lares, va a estar mucho mejor “abandonada” de esas manos canallescas.

Gustavo Robles

Miembro del Foro de Salud y Medio Ambiente de Avellaneda