lunes, 9 de abril de 2012

Córdoba: La ruinosa situación de EPEC y el negociado de la Central Pilar

Para la construcción de la Central Pilar se habrían pagado sobreprecios altísimos que salieron de los bolsillos de los cordobeses para solventar el ruinoso contrato firmado por el ex gobernador Schiaretti con Electroingeniería.

Actualmente los balances de EPEC son ruinosos y su situación financiera es crí-tica. Y esta situación la estamos pagando directamente los usuarios de Córdoba, con las altísimas tarifas que cada dos meses abonamos nuestras facturas del servicio eléctrico. A punto tal que actualmente, mientras que en el Gran Buenos Aires el precio ronda los 0,36 pesos por kilovatio hora, en Córdoba este precio es más del doble, oscilando entre... ¡0,70 y 0,90! pesos por kilovatio hora, dependiendo de la escala de consumo. La situación se agrava aún más si se tiene en cuenta que mientras en el gran Buenos Aires, EDENOR, la empresa que hace la distribución de energía no cuenta con un parque generador propio, EPEC si lo tiene, pero parece que para su desgracia.

¿A qué se debe en sustancia el ruinoso estado económico financiero de EPEC y el alto costo de sus tarifas? A un contrato leonino, para algunos abogados consultados encuadran como estafa, que firmó EPEC con Electrogenieria – Siemens, por más de dos mil millones de pesos, para la construcción de la nueva central eléctrica Pilar, financiada con fondos de la ANSES. El mismo alcanzo su cúspide el 9 de noviembre del 2010 cuando el diario La Voz del Interior, en una nota titulada “Electroingeniería también apunta a mantener Pilar”, informó que la Empresa Provincial de Energía Córdoba (EPEC) se aprestaba a firmar un contrato de 337 millones de dólares con la UTE Electroingenieria -Siemens para el mantenimiento de la nueva Central Pilar, que esa misma UTE había construido en la localidad de Pilar, a 50 kilómetros de Córdoba.

Con esa nueva contratación, que según el funcionario del ERSEP Juan Pablo Quinteros se concretó al poco tiempo, y la provincia se negó a facilitarle el contrato, el por entonces gobierno de Juan Schiaretti y el directorio de EPEC, consumaron un millonario negociado en perjuicio de EPEC y de los usuarios del sistema eléctrico provincial. Este sería una versión en escala ampliada de otras estafas que se concretaron anteriormente en relación a la adquisición de usinas por parte de EPEC, que inveteradamente la Justicia provincial se encargó de frustrar su investigación.

En esta ocasión la esencia de la misma radicaría en el que costo final que arroja la construcción y mantenimiento de la nueva Central Pilar, prácticamente duplicará los costos internacionales que tiene este tipo de usinas. Y será un 70 % superior al costo que tuvo la construcción y mantenimiento de las usinas de Timbúes y Campana. Dos centrales eléctricas, de similares características a la Pilar, que fueron construidas por Electroingenieria - Siemenes en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires respectivamente.

El sustrato del negociado

Para entender la tramoya en torno la construcción de la nueva usina de EPEC, es necesario señalar previamente los estrechos vínculos existentes entre los directivos de la empresa Electroingeniería SAICIF, y mandatarios y funcionarios del gobierno nacional, provincial, y EPEC.

Electroingeniería, era una Pyme fabricante de tableros eléctricos, que comenzó a crecer exponencialmente bajo la gestión del ex gobernador José Manuel De la Sota. Durante el gobierno de este, pese a un mar de cuestionamientos, fue la adjudicataria de la construcción de las famosas 200 nuevas escuelas. Una obra, en la cual también estuvo involucrado Ricardo Jaime, por entonces secretario de Educación de la Provincia, cuyo costo total, fruto de sucesivas renegociaciones de contrato, pasó de 180 millones de pesos a mas de 500 de la misma moneda.

De la Sota es amigo íntimo amigo del presidente de Electroingeniería, Osvaldo Acosta. Y además de las escuelas, fue también el impulsor inicial de la obra de la nueva central Pilar. Que como se verá más adelante -igual que las escuelas- arrancó con un presupuesto oficial de 210 millones de dólares, para llegar a los 778 millones de la misma moneda.

Otro mandatario implicado es el ex gobernador Juan Schiaretti, que también es-taba interesado en el negocio de las escuelas, porque la construcción de ellas logró sacar de la quiebra a la Astori -subcontratista de Electroingenieria- firma en la cual Schiaretti se había desempeñado como gerente. En febrero del 2008, a los pocos días de asumir la gobernación, Schiaretti fue quien adjudicó la construcción de la referida usina a Electroingeniería – Siemens, pese haber sido la única empresa oferente en la licitación convocada al efecto.

Schiaretti también agració a Electroingeniería con contratación para la construcción del faraónico Centro Cívico, en base a una iniciativa privada presentada por la misma Electroingeniería, que arranco con un presupuesto inicial y provisorio de 110 millones de dólares, y cuyo costo final nadie sabe con certeza. El financiamiento de ella se habría concretado mediante una subrepticia hipoteca sobre el terreno de la ex Casa de las Tejas, lo que habría determinado la salvaje destrucción de ella que se perpetró a comienzos del año pasado, hecho que la justicia cordobesa se negó a investigar acabadamente.

En el plano nacional, el principal funcionario involucrado en la multimillonaria obra de la nueva Central Pilar -que fue financiada íntegramente con aportes del ANSES- es el ministro de Planificación Federal Julio De Vido. A él se le atribuye la determinación de dejar de lado el proyecto que solo contemplaba repotenciar la vieja usina Pilar, para construir una enteramente nueva.

Según diversas fuentes periodísticas, la empatía entre Electroingeniería y el gobierno nacional, proviene del vinculo de amistad existente entre el vicepresidente de esa empresa Gerardo Ferreyra; y el actual secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos Zannini, íntimo a su vez del matrimonio presidencial. Ferreyra y Zannini en su juventud fueron militantes del PRT, y tras ser detenidos fueron algún tiempo compañeros de celda durante la dictadura militar.

Otro funcionario involucrado en los hechos, es el ex presidente de EPEC Daniel Bonetto. Un ex militante peronista, de fluida llegada al ministro de Planificación De Vido, ferviente defensor de la megaobra. Bonetto se hizo cargo de la dirección de EPEC en simultáneo con la contratación de ella, como para asegurar que su cometido se cumpliera sin sobresaltos, y como correspondía.

La importancia decisiva de Bonetto en ese cometido, puede aquilatarse en el hecho de que la Legislatura Provincial en las postrimerías del gobierno de De la So-ta, tuvo que reformular el estatuto de EPEC, para posibilitar que Bonnetto, que cuenta solamente con título de bachiller, se hiciera cargo de ella. Dicha ley suprimió la exigencia de que el directorio de EPEC debía estar integrado por un ingeniero, un contador, y un abogado, y debía ser presidido por el primero.

Crónica de un negociado anunciado

La historia de la nueva central Pilar, oficialmente, comenzó el 18 de abril de 2007. Ese día, con un presupuesto de 210 millones de dólares, EPEC llamó a Licitación Pública Internacional nº 3.490 para la repotenciación de la central Gobernador Arturo Zanichelli, conocida como Central Pilar. En ese llamado, el órgano de financiamiento iba a ser “Nación Fideicomiso SA”. El mismo que apareció involucrado en el famoso “caso Skanska”; en el cual según diversas versiones la empresa sueca SKANKA (ex SADE SA) le habría pagado una coima de 10 millones de dólares a la cordobesa Electroingenieria SAICIF.

Sugestivamente, cuatro meses después, el 10 de Agosto del 2007, luego que estallara en los diarios el “caso Skanska”, EPEC anuló el llamado a licitación Nº 3.490. Y tras cartón, ese mismo día, con un presupuesto de 485 millones de dólares, lanzó la Licitación Pública Internacional Nº 3.556 para construir la nueva Central Pilar. Esta incluía: una central de ciclo combinado de 465 Mw, una estación transformadora, y una línea de transmisión de 500 KV de 50 kilómetros.

Lo más llamativo es que a pesar de que esa obra multimillonaria era, “la más importante en los últimos años” según el propio Gobierno, y de tratarse de una Licitación Pública Internacional, en esta nueva licitación, EPEC fijó como fecha de apertura de sobres el 10 de setiembre de 2007. Es decir estipulo ¡sólo 30 días! para que las empresas analizaran el proyecto y presentaran sus cotizaciones. Y a ello se sumó el diminuto aviso publicitario con que EPEC hizo público el llamado a esa licitación a través del diario La Voz del Interior, que medía 5 centímetros de alto por 3 de ancho. O sea similar a dos avisos clasificados juntos, del tamaño de una pequeña caja de fósforos. Siendo este inversamente proporcional a la cantidad de ceros del Presupuesto Oficial del que daba cuenta dicho aviso, que pasó literalmente desapercibido en las sabanas del diario La Voz del Interior.

A juzgar por el minúsculo tamaño de dicho aviso publicitario, y el escaso tiempo establecido para que las empresas interesadas presentaran sus propuestas, tanto EPEC como el gobierno provincial evidenciaron que no tenían la menor intención de atraer numerosas ofertas económicas en régimen de competencia (propósito de todo concurso público) sino de que directamente no las hubiera; salvo la de Electroingenieria-Siemens. Los hechos ratificaron esta intención, dado que la UTE Electroingeniería - Siemens fue la única empresa que se presentó en dicha licitación. Y no obstante ser la única oferente, se le adjudicó inmediatamente la licitación. Pese haber cotizado 537 millones de dólares, o sea un 25% más que el presupuesto oficial, a razón de 1.152 dólares el KW.

De esa manera el 21 de febrero de 2008, el entonces flamante gobernador Juan Schiaretti, el ministro de Planificación Julio De Vido, y el flamante presidente de EPEC Daniel Bonetto, firmaron con la UTE germano cordobesa el contrato para la construcción de la nueva central Pilar. En la rúbrica del acuerdo, que se con-cretó en la localidad de Pilar, estuvieron también presentes Gerardo Ferreira (vicepresidente de Electroingeniería) y Matías Kleinhempel (CEO de Siemens).

De esta manera, una obra que en abril del 2007 había arrancado con presupuesto oficial de 210 millones de dólares, cuatro meses después trepó a 458 millones, y finalmente fue adjudicada a la única empresa oferente por 537 millones.

Prima facie, el monto de 537 millones de dólares (1.152 dólares el kw) por el cual EPEC adjudicó a la UTE Electroingenieria-Siemens la construcción de la Central Pilar, fue elevado. Era superior a las cotizaciones del mercado, y notablemente superior incluso a dos cotizaciones con las cuales el gobierno nacional unos meses antes, le había adjudicado a este mismo grupo empresario, la construcción de las centrales de Ciclo Combinado Manuel Belgrano y General San Martín. La primera, emplazada en Campana, provincia de Buenos Aires, de una potencia de 823 Mw, fue adjudicada a Siemens - Electroingenieria por 527 millones de dólares. Es decir a razón de 640 dólares el Kw. O sea un ¡45 % más barata! que la central Pilar, cuyo costo fue de 1.152 dólares el Kw.

La otra usina que el gobierno nacional le adjudicó a esa UTE, fue la central “General San Martín”, ubicada en Timbúes, provincia de Santa Fe. Esta usina, también de una potencia de 823 MW, fue adjudicada a Siemens - Electroingeniería en 568 millones de dólares. Es decir, a razón de 693 dólares el KW. Un 40 % más barata que la Pilar.

Estos antecedentes sumamente pertinentes, dado que se trata de obras con las mismas características técnicas, ejecutadas por las mismas empresas, en casi en un mismo tiempo y espacio, ponían de manifiesto los enormes sobre precios que escondía la nueva Central Pilar. A punto tal que por una usina de 465 MW, EPEC prácticamente pagaba casi lo mismo que lo que el gobierno nacional pagaba por una usina de 823 MW.

El ardid que encubre el desfalco

Para justificar estos enormes y evidentes sobreprecios, que estaban ante las narices de todos, EPEC y el gobierno provincial adujeron que la obra incluía una red de alta tensión de 500 KV, de 32 kilómetros de largo, y una estación transformadora de 500 KV. Por lo que los costos netos de la Central Pilar, rondaba en realidad los 940 dólares el KW. Afirmando además que este costo era inferior a los costos que habían tenido las Centrales Manuel Belgrano y General San Martín.

¿De qué manera EPEC logró equiparar esos presupuestos, con bases tan disímiles? Con una ardid bastante simple, que muestra la degradación en la que han caído los sistemas de control institucional en la provincia de Córdoba.

A fines del 2006, luego que el gobierno nacional le adjudicara a Electroingenieria - Siemens la construcción de las centrales Manuel Belgrano y General San Martín, el ministerio de Planificación de la Nación amplió dicho contrato en un mon-to de 500 millones de dólares, para el mantenimiento por 10 años de dichas centrales. Con esta ampliación, el costo final de las usinas Manuel Belgrano y General San Martín pasó del precio global de 1.095 millones de dólares, a 1.595 millones ídem. Lo que representa un costo unitario de 969 dólares el KW. O sea en apariencia, un costo similar al de nueva Central Pilar (renombrada como “Central CTCC Bicentenario”).

Ante los cuestionamientos públicos provenientes desde diversos sectores respec-tos los sobreprecios que existirían en el contrato de la central Pilar, EPEC y el gobierno de Schiaretti procuraron ocultarlos, aprovechando esa ampliación de contrato para mantenimiento concretado con las usinas Manuel Belgrano y Gene-ral San Martín. La coartada la hicieron pública el 1 de Julio de este año, con un enorme aviso publicitario, publicado en La Voz del Interior (unas 50 veces más grande que el aviso del llamado a licitación del 2007) que textualmente decía:

“La nueva Central CTCC Bicentenario (Pilar) es un ejemplo de eficiencia técni-ca y económica. A un costo stándard de U$S 943,41 por kW, valor standard in-ternacional, comprobable en obras similares de Rusia, Lituania o Malaga (Es-paña) y en obras nacionales como las Centrales Térmicas de San Martín (Sta. Fe), Belgrano (Campana) o Ensenada, los cordobeses podemos estar seguros de haber hecho la mejor de las inversiones posibles.”

La mentira tiene patas cortas

La polémica nueva Central Pilar no fue una excepción a ese viejo proverbio. El 11 de noviembre del 2010, en una nota titulada, “Electroingeniería también apunta a mantener Pilar” la Voz del Interior, informaba: “Epec aguarda los trámites finales para la emisión del bono que le permita financiar el pago por la construcción de la nueva Central de Pilar, pero también para definir otros dos contratos. Uno de ellos es el mantenimiento de la nueva estación que construye la UTE Electroingeniería-Siemmens. Justamente, la empresa cordobesa es la única que se presentó en la licitación. Según informó Epec, el presupuesto asciende a 1.350 millones de pesos, es decir, casi 340 millones de dólares por nueve años, tanto para el ciclo abierto como el combinado”.

Esta noticia pone totalmente de manifiesto que las cuentas que hicieron EPEC y el gobierno para equiparar la cotización de la nueva central Pilar con las de Ma-nuel Belgrano y General San Martín, eran falaces. Dado que el precio de la primera, no incluía el contrato de mantenimiento, y las segundas sí. Y ade-más pone en evidencia los millonarios sobreprecios pactados en la construcción de la nueva central Pilar, que pasará así a ser una de las usinas más caras del mundo.

Según lo reconocido por EPEC en su publicidad, la usina Pilar, sacando la esta-ción transformadora y la línea de alta tensión, tendría un costo de 439 millones de dólares (943,41 de “costo estándar” por 465 Mw). De esta manera, si al contrato de construcción por 439 millones de dólares, le sumamos el contrato de mantenimiento por 340 millones, la nueva central Pilar tendrá un costo total final de 778 millones de dólares.

O sea unos 1.673 dólares el Kw. Un 73% más ca-ra que las centrales Manuel Belgrano y General San Martín. Con un sobreprecio de 704 dólares por Kw, o 704.00 dólares por megawat. Los que multiplicados por los 465 Megawats de la central, nos da un perjuicio para EPEC y el fisco cordobés, de 327 millones de dólares.

Esto sin tomar en consideración que los contratos de construcción de las centrales Manuel Belgrano y General San Martín, a favor de Siemens y Electroingenie-ría, tampoco han sido un modelo de transparencia, por lo que dicho perjuicio puede ser aún mayor.

Otra evidencia de ese desfalco la constituye la noticia publicada el 2 de noviem-bre del 2010 en el diario El Economista de España, que informaba que la firma francesa Alstom había arribado a un convenio para construir dos centrales de ciclo combinado en Singapur, Asia, de 400 megawats cada una; a un costo indivi-dual de 320 millones de euros, o sea 422 millones de dólares. El monto incluía un contrato de mantenimiento por 18 años, o sea el doble del tiempo de la Pilar, que será solo de 9 años. En definitiva, en Singapur, la usina de Alstom tendrá un costo unitario de 1.054 dólares el KW. Un 37 % más económica que la nueva central Pilar de Córdoba. O a la inversa, un 69 % está más cara que la de Singapur. Pese a que su contrato de mantenimiento es por el doble de tiempo.

No obstante ello EPEC y el gobierno de la provincia sostenían en su aviso que “los cordobeses podemos estar seguros de haber hecho la mejor de las inversiones posibles”.

Este no es el primer escándalo que sacude a EPEC en relación a la compra de usinas. A la vista de todos está la Central Sudoeste o Bazán, que hace años que no funciona, y que a lo largo de su existencia nunca funcionó como debía. Habiendo sido ese affaire, cuya investigación la Justicia provincial cerró por prescripción en el año 1984, y el posterior intento de privatización de esa usina junto con la de Pilar, la principal hipótesis respecto los móviles del asesinato del ex senador Regino Maders.

por: Javier Llorens - Lázaro Llorens

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