EL
COMANDO SUR EN EL CHACO
PROCESO DE LA
INFORMACION
OBTENIDA POR LOS MIEMBROS DEL CEMIDA ELSA BRUZZONE Y
JOSÉ LUIS GARCÍA
A través de la valiosa información proporcionada por ”EL CALDERO 2008”, luego confirmada y ampliada por distintas y confiables fuentes nos enteramos de la infausta nueva: El Comando Sur de los EE UU lograba imponer su objetivo de hacer pié en nuestro país para disponer una base militar en proximidades de la Triple Frontera, instalándose nada menos que en la ciudad de Resistencia, capital de la Provincia del Chaco. Conviene recordar que durante los primeros años de este siglo EE UU presionó de todas maneras sobre los sucesivos gobiernos argentinos para lograr la instalación de una base militar en San Ignacio, Provincia de Misiones, próxima a la Triple Frontera, con el pretexto de vigilar las presuntas actividades terroristas en la Región, no logrando nunca su objetivo.
Presentamos una escueta
síntesis
de los fundamentos que sustentan la veracidad de estas
noticias así como un análisis de la forma como se ha
aplicado y se aplica la estrategia para el control
militar y de los recursos
naturales estratégicos de la Región por parte del
llamado “Comando Sur” de EE
UU.
Todo se inició cuando
el Comando Sur y la embajada
norteamericana impulsaron
un “Programa de Fortalecimiento del
Sistema Provincial de Emergencias,” que fue
aprobado en 2006 por el ex
Ministro Aníbal Fernández, como un aporte a los
programas sociales que
desarrollaba el gobierno. De esta manera
y enmascarando las reales intenciones se
posibilitaba la entrada de dicho Comando
en territorio argentino por la
puerta de servicio.
Ello implicó realizar
inicialmente campañas de "concientización
humanitaria" y de instrucción a la
población con el
objetivo de establecer, en un futuro
que manifestaron cercano,
personal para colaborar con la "ayuda humanitaria", tal
como había ocurrido con anterioridad en Ecuador,
Honduras, Costa Rica, Paraguay y Colombia.
Ese futuro cercano llegó
cuando
el Gobernador del Chaco Jorge
Capitanich, recibió
en diciembre de 2011 al Consejero
de la Embajada norteamericana en
Argentina Jefferson Brown y
al coronel EDWIN PASSMORE agregado militar del
Comando Sur de EE UU quienes
le informaron que su Provincia sería la elegida
para la puesta en marcha de esos planes.
Con ellos analizó los proyectos conjuntos que definieron
la inauguración
del primer Organismo de esa Ayuda en Argentina
en la ciudad de Resistencia, de lo que se sospecha
será una base militar encubierta
de control y monitoreo de EE UU en territorio
argentino, bajo
el eufemístico nombre
de “Centro
de Ayuda Humanitaria”.
En la oportunidad, Brown
expresó “éste es
uno de los proyectos más importantes que el gobierno
norteamericano tiene con
Argentina. Se trata del primer Centro de
Respuesta a Emergencias, cuya
construcción demandó una inversión de tres
millones de dólares y fue
financiado por una donación de la Embajada de Estados
Unidos”. El edificio,
de aspecto impresionante, está ubicado
en el predio del Aeropuerto de Resistencia,
“Sólo resta equiparlo con
tecnología informática para luego
culminar con una capacitación al personal” manifestó
el coronel
Edwin Passmore, acompañado en la
oportunidad por el representante de la
Agencia de Inversión, Comercio Exterior
y Relaciones Internacionales del Chaco Marcos Sotelo.
El coronel Passmore,
el representante del COMANDANTE
DEL COMANDO SUR DE EE UU que opera como una especie de
Virrey de la
Región y tiene acreditados agregados
militares en la Cancillería Argentina, explicó que ese
Centro de Operaciones “está pensando para
emergencias naturales
como inundaciones o sequias, pero también
puede utilizarse, por ejemplo, para epidemias como” el
dengue”. Señaló además que
el sitio contendrá la
informática adecuada para realizar “la
coordinación con los organismos necesarios antes los
eventuales
sucesos,” detalló que la construcción había sido
acordada dos años atrás entre Capitanich y el
ex embajador Earl Anthony Wayne y aseguró que el
Centro estará financiado por
el Comando Sur.
Lo que no pudo aclarar fue
como
un programa con apariencia civil es
realizado por un COMANDO MILITAR DE EE UU,
EL
CUAL NO GUARDA RELACION DE DEPENDENCIA
CON LA EMBAJADA
DE ESE PAIS,
que es la que debería tener a
su cargo o patrocinar programas realmente
solidarios y exclusivamente
civiles.
El Gobernador Jorge
Capitanich
ya había recibido en septiembre de 2011 a
una delegación de legisladores norteamericanos que
visitaron la Provincia para estrechar vínculos
entre ambos “países” según
declararon a los
medios de comunicación.
En esa ocasión recomendó
a los legisladores, a
quienes calificó como la nueva generación de
políticos
estadounidenses, tener como estrategia,
para reposicionar a EE.UU después de la crisis
actual, la unión
americana y de esta manera convertir al continente en
una potencia
mundial. Juntos seremos la mayor reserva
de minería, agua dulce, alimentos, energía,
industria cultural, atractivos turísticos, talentos de
recursos humanos
y tecnología vinculada a procesos productivos”,
explicó el Gobernador, que
casi hablaba como un mandatario presidencial o como
¿un delegado imperial? “Desde
América del Sur vemos con tristeza que Estados Unidos
no nos considere un
aliado”, manifestó en la oportunidad, asegurando
que está crisis es una
ocasión para potenciar las relaciones. “Defiendo
una alianza estratégica y estoy dispuesto a luchar por
esa idea”, afirmó
sin titubeos ante la delegación norteamericana
asumiendo de facto el manejo de
las relaciones internacionales de la Argentina
y más aún, las
de UNASUR.
Cosa rara ¿verdad…?
Asimismo y como
parte del paquete firmado en nombre de EE UU la
empresa Forbes Energy invertirá
100 millones de dólares en el Chaco para producir
bioetanol a partir de la caña
de azúcar. “Hemos recorrido la zona norte de
Argentina y hemos focalizado nuestro
interés en Chaco por sus importantes condiciones
productivas. Ahora sólo
debemos definir algunos puntos fundamentales pero ya
estamos listos para invertir en la Provincia”,
aseguró
Alexander Forbes, gerente de la empresa. ¿Habrá sido ese
el precio de la
entrega? Cabe recordar
que al grupo
Forbes & Manhattan
pertenecen las empresas
mineras Rodinia Lithium,
presente en los
Salares de Diablillos,
Centenario y Ratones,
Salta; y Rodinia
Minerals, presente en
el Salar de
Salinas Grandes, Jujuy.
Esta llamativa posición en
defensa de la unión estratégica con los EE UU ha
permitido que el Comando Sur se instale como
“Base de Ayuda Humanitaria” en territorio
argentino lo que le asegurará adicionalmente el
monitoreo y control satelital
de toda la región ubicada cerca de la Triple Frontera
entre Argentina,
Paraguay y Brasil y ADEMÁS sobre el codiciado ACUIFERO
GUARANI, la mayor
reserva de agua dulce de la Región, SIN CONTAR LOS
BAÑADOS Y ESTEROS DEL IBERÁ.
Pero la pregunta básica es
¿Cómo funcionará realmente este CENTRO DE
COPERACION o nuestra denuncia es un simple
delirio conspirativo?
Para ello será necesario
considerar que la
operación se inició con la puesta en marcha de un taller
para capacitación de
funcionarios e integrantes de los Municipios del
interior del Chaco, dictado
por un consultor salvadoreño contratado por el Comando
Sur, en el marco del Programa de Asistencia
Humanitaria que se implementó en la Provincia a
partir de un Convenio
suscripto entre el Gobierno Provincial, la Embajada de
EE UU y el Comando Sur a través del cual este último
brindará asistencia técnica para el armado de los
programas y sistemas
para la asistencia en la emergencia ambiental y
propondrá las acciones por desarrollar, las
cuales se deben enmarcar en el
mencionado Programa. Es de hacer notar que esa
gestión cívico – militar ya está hoy en Argentina
proporcionando “ayuda humanitaria”, y
capacitando a los funcionarios públicos para
atender posibles emergencias en la Provincia.
Existiendo múltiples
organismos no militares nacionales e
internacionales cuya actividad se orienta hacia una
misión social y humanitaria
no queda claro por qué estas tareas se encomendaron al
Comando Sur en forma
altamente sospechosa ya que es conocida la doble
misión de las
embajadas y los organismos militares de EE
UU en los diversos programas civiles y militares
de ese país para ayuda, capacitación, intercambio,
cooperación, trabajo
bilateral y que culminan con la realización de
ejercicios militares “combinados” con los efectivos de
los países involucrados .
Además todo ello constituye
el fundamento del
funcionamiento del llamado SIAD (Sistema
Interamericano de Defensa) creado por EE
UU dentro del cual el COMANDO SUR es el principal
órgano operador para Latinoamérica y El Caribe,
independientemente de las atribuciones políticas de las
embajadas norteamericanas en el Continente.
Por un lado, Washington
presenta
un componente humanitario visible al
público, estructurado sobre actividades que la sociedad
visualiza como 'justas'
y en su beneficio, de modo tal que pueda justificarse
una interacción
bilateral. Causas como ayuda humanitaria, sanidad y
salud
pública, emergencias y desastres naturales, derechos
humanos, seguridad, lucha
contra el narcotráfico y el narcoterrorismo.
Pero por otro lado, existe una
componente no visible que se encuadra en los objetivos
estratégicos afines a
los intereses de EE UU y muchas veces contrapuestos a
los del país asistido,
conducidos por un comando militar.
Además se suman a esta
operatoria los ”Acuerdos
de Cooperación” que el Gobierno Nacional
Argentino ya viene manteniendo con EEUU en el plano
militar y civil; sea
por ejemplo para capacitación de civiles y militares con
instructores
estadounidenses, como son los Programas
Internacionales para Educación y
Entrenamiento Militar, de Seguridad de Fronteras y
Control de Exportaciones y de
Asistencia Antiterrorista. También Washington envía
fondos para educación y entrenamiento
policial. En este marco, con un acuerdo
y reuniones entre representantes de la embajada de EE
UU y
del Comando Sur con el Ministerio de Seguridad de
Argentina y el Gobierno del Chaco, se
desarrolla el 'Programa de
Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias',
que habilita la
doble intervención (visible/encubierta) de EEUU en la
región.
Como expresa el Comando
Sur estas estructuras de cooperación facilitan
la interacción militar con militares de la zona la
cual es necesaria
para “mantener un contacto regular
que construya confianza e intercambio de información
relevante para la seguridad regional.”
Permite conocer cómo trabajan otros militares (sus
procedimientos y capacidades de comando
y control) considerados importantes para
una futura cooperación. Los militares estadounidenses
buscan a través de estos
programas, construir relaciones interpersonales con
oficiales de otros países, amistad
y camaradería con los altos jefes y aumentar el acceso a
los militares de la
región, para convertirlos en potenciales aliados en
futuros conflictos.
Cuando ha sido alcanzada
cierta
aceptación de su accionar por la sociedad
y se ha logrado un nivel de
organización aceptable, surgirá naturalmente la
necesidad de instalar, por
ejemplo, un Centro de Coordinación Antidrogas en la
localidad, con ello las
bases militares serían entonces Centros de Seguridad
Cooperativa. Ellas podrán materializarse como
instalaciones inocuas que podrían traer
progreso a la zona. Para ello bastará con que el
Comando Sur logre
disponer de estructuras, terrenos, almacenes, rutas,
aeródromos, puertos que
podrán ser concesionados, alquilados y/o mantenidos por
la nación anfitriona, y
en servicio con poco personal permanente
o temporario. Estas bases encubiertas, listas para ser
completamente activadas, podrán tener facilidades y
equipamiento
predeterminado para albergar rotación de fuerzas y
actuar
como centros de entrenamiento regionales en operaciones
combinadas con EE UU. Pueden
presentarse como no militares para
que sean aprobadas por los Congresos de los países
involucrados y mostrarse necesarias para el control
del
contrabando, migraciones ilegales y narcotráfico, un
ejemplo cercano lo constituye el predio “Mariscal
Estigarribia” en el Paraguay.
Estas instalaciones
operacionales
extraterritoriales de EE UU, por una especie de
metamorfosis, se
transforman con el devenir de la “amenaza” de un enemigo
común en lo que ellos denominan Base de Operaciones
Principales (MOB), fortificaciones militares para
comando, control y
comunicaciones con fuerzas operativas permanentes; Base
de Operaciones de
Avanzada (FOB), extensión de la anterior para
operaciones especiales y que incluye aeródromo,
fondeadero o muelle;
Centro Operativo de Avanzada (FOL), similar
al anterior pero sin toda su infraestructura
y primariamente utilizada para operaciones antidrogas;
Centro de
Seguridad Cooperativa (CSL), con poca o nula
presencia
permanente de los
estadounidenses, mantenida por concesión o por el país
anfitrión, funciona como centro para actividades de
cooperación con éste, rotación de fuerzas, apoyo
logístico y acceso ante
contingencias. Pruebas de su
existencia las encontramos en distintos
países latinoamericanos y caribeños. Es
el caso de las bases de Comalapa, Aruba
y Curazao, por ejemplo, que se clasificaban como FOL,
es decir para lucha antidrogas, y
luego fueron redefinidas como CSL (de Cooperación).
Curiosamente las tres están
en lugares geográficos privilegiados con pistas de
aterrizaje de 2,4 kilómetros
de
largo para aviones pesados, con
capacidad para operación nocturna de aeronaves,
control
de tráfico aéreo, equipos de abastecimiento de
combustible, bomberos, hangares,
oficinas y almacenes. En ellas se registra la presencia
continuada de aeronaves
de combate, como los cazas supersónicos a reacción F-16
y F-15,
aviones de reconocimiento y patrulla
Orión P-3, aviones de Inteligencia de señales E-2 AEW,
E-3 AWACS, aviones de
rescate y tanqueros para reabastecimiento de combustible
en vuelo como el
Hércules HC-130, de transporte táctico
como el Hércules C-130 y helicópteros de distinto
porte.
Hay abundante evidencia de
que en estas instalaciones de EE UU y en otras
de mucho menor perfil se realizan en los hechos,
operaciones militares
encubiertas de la más diversa índole y que cumplen
múltiples funciones
estratégicas; entre ellas
apoyar ataques militares contra
organizaciones rebeldes locales que estorben los
intereses de EE UU y sus aliados, y guerra de
Inteligencia de señales electrónica
y de comunicaciones que permite detectar la posición de
los blancos,
identificarlos e implementar el ataque con bombas
inteligentes. Claro
ejemplo de esto fue el bombardeo al campamento
ecuatoriano en el
que murió Raúl Reyes.
Las instalaciones
estadounidenses
cumplen además misiones de vigilancia y espionaje de los
sistemas de armas y fuerzas
militares del país anfitrión y sus vecinos,
realizan acciones de infiltración, relevamiento,
influencia y
control sobre las Fuerzas Armadas y poblaciones de los
países con el engaño que
le traerán progreso local, bienestar económico, empleos
y seguridad. La presencia militar latente de EEUU en la
región facilitará planes de despliegue rápido regional y
global de sus fuerzas
de tareas ante conflictos. También pueden actuar como
elemento político disuasivo
afín a los intereses de Washington. Es impresionante
la transformación sufrida por
estas organizaciones que,
iniciándose como ”CENTROS DE
AYUDA HUMANITARIA” a las necesidades
de las comunidades
civiles, se transformaron
en formidables elementos
castrenses, casi imposibles de
eliminar.
Valdría la pena averiguar lo
que le costó al Brasil de Lula eliminar la base de San
Pedro Alcántara en el
corazón del Amazonas, y al Ecuador de Rafael
Correa la de Manta sobre
la costa del Pacífico.
Una de las metas de las
operaciones de Inteligencia de EE UU en Argentina parece
ser materializar, poco
a poco, una progresiva presencia en el país
que no necesariamente significa permanencia desde el
inicio, ya que
normalmente es un nivel
cooperativo y humanitario con bajo perfil;
pero luego y en el momento oportuno, se transforma
en una intervención militar negociada.
Ya ha ocurrido así en
varios países ¿Permitiremos nosotros el progreso de
semejante procedimiento que se ha iniciado con este
Acuerdo? y además ¿no estaremos así traicionando los
principios fundacionales de
la UNASUR?
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