El gobierno adjudicó compras de gas licuado por más de 10 mil millones
Enarsa concretó este mes, en el mayor de los sigilos, una compra de 55 buques de gas natural licuado por más de 10 mil millones. Repsol, Morgan Stanley –que tiene como lobbista al menemista José Luis Dromi-, Excelerate y Gas Natural fueron los ganadores de la licitación, a los que sorpresivamente se sumaron la japonesa Marubeni y la British Petroleum (BP). El gasto alcanzará al 1% del PBI.
Enarsa adjudicó en diciembre la compra de 55 buques de gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés), cada uno con capacidad para transportar hasta 148.000 metros cúbicos (m3) del fluido. La operación involucra el pago de más de US$ 2.300 millones, según indicó un encumbrado directivo de la empresa estatal de energía.
En un principio, la licitación convocada por la compañía presidida por Exequiel Espinosa preveía la adquisición de 80 cargas de LNG, 25 más que el año pasado, para abastecer las terminales regasificadoras de Bahía Blanca y Escobar, ambas en la provincia de Buenos Aires. Pero los elevados precios incluidos en las ofertas –superiores a los U$S 16 por millón de BTU, cifra tope establecida por la empresa-, limitaron la adjudicación a 55 buques.
Entre los ganadores figuran los cuatros proveedores conocidos -Repsol, Morgan Stanley, Excelerate y Gas Natural-, a los que en esta compulsa se sumaron la japonesa Marubeni y British Petroleum (BP), según confirmaron las fuentes consultadas, que no brindaron detalles acerca de las cantidades adjudicadas a cada uno. También participaron de la licitación Petrobras, E-Cross World, Mitsubishi, Chevron, Total, y la trader rusa Gunvor.
Sorprende la adjudicación a la petrolera británica BP justo cuando el conflicto por las Islas Malvinas tuvo otro pico con la declaración conjunta del Mercosur reclamando al Reino Unido que abra el diálogo y mientrsa las Argentina avanza en las amenazas de boicot a los vuelos a las islas.
“Compramos el 70% de las cargas de Escobar y 30 buques para la terminal de Bahía Blanca, que este año amplió su capacidad en un 50 por ciento”, indicaron a LPO desde Enarsa. La terminal regasificadora, que funciona en el muelle de la empresa Mega y es operada por YPF, puede inyectar desde este mes 16 millones de m3 diario (MMm3/d) de gas a la red de gasoductos. Un tamaño similar (17 MMm3/d) puede procesar la planta de Escobar, también controlada por la petrolera de Repsol y la familia Eskenazi.
Según afirmaron desde Enarsa, el precio del LNG que se inyectará en Bahía Blanca oscilará entre los 11 y los 13 dólares, en tanto que el de Escobar alcanzará los US$ 15 por millón de BTU, a raíz de las complejidades logísticas que acarrea la unidad: la profundidad del Río de la Plata no permite el ingreso de barcos de gran calado, por lo que hay que recurrir a naves más pequeñas que encarecen la operación. La unidad de Bahía Blanca puede recibir directamente cargas de 149.000 m3 de LNG, algo así como 80 MMm3 de gas natural.
Precios que asustan
De acuerdo que los números que manejan en Enarsa, las cargas adquiridas tendrán un costo cercano a los US$ 2.300 millones. Y estiman que cuando se licitan el 30% restante, la importación de gas por barco demandará un gastos superior a los U$S 3.600 millones, el equivalente al 1% del PBI.
En la empresa estatal están preocupados por el encarecimiento del LNG, debido a que desde que el desastre de la central nuclear de Fukushima, en Japón, se incrementó su demanda. “Si bien existe disponibilidad de LNG en el mercado, la oferta se ha restringido y los precios se han encarecido un 15% en los últimos meses”, advirtió el directivo consultado, que prefirió la confidencialidad.
Lo que aún no definió Enarsa es a qué precio venderá el gas que llegue por barco a los grandes industriales, principalmente a los asentados en el polo aceitero del gran Rosario y a los del Polo de Bahía Blanca. Lo cierto es que la idea del Gobierno es que buena parte del costo de importación de LNG lo paguen los grandes usuarios. En esa dirección, a través de la nota 10161 del 2 de septiembre, el Enargas ordenó que las industrias que no cumplan con las restricciones al consumo fijadas por el ente regulador empiecen a comprarle el fluido a Enarsa.
La norma, retroactiva al 1º de agosto de este año, aún no se está implementando de forma efectiva, pero en el mercado estiman que tomará vigencia definitiva a partir de enero. Desde ahora, los grandes usuarios deberán pagar cerca de US$ 5,50 por millón de BTU el gas que demanden por encima de lo autorizado por el Gobierno, según pudo saberse. Hasta este momento, el abastecimiento estaba a cargo de las empresas productoras –YPF, Total, Pluspetrol y Petrobras, entre otras- y comercializadoras.
En los despachos privados la nota de Energía cayó como un balde de agua fría, porque reduce su negocio a futuro. “A partir de ahora, nuestros clientes que no acaten las restricciones fijadas por las distribuidoras, deberán pagarle el excedente a Enarsa”, explicaron el gerente comercial de una comercializadora, que prefirió la confidencialidad. “Eso atenta directamente contra el volumen de gas que vendemos”, agregaron.
Enarsa adjudicó en diciembre la compra de 55 buques de gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés), cada uno con capacidad para transportar hasta 148.000 metros cúbicos (m3) del fluido. La operación involucra el pago de más de US$ 2.300 millones, según indicó un encumbrado directivo de la empresa estatal de energía.
En un principio, la licitación convocada por la compañía presidida por Exequiel Espinosa preveía la adquisición de 80 cargas de LNG, 25 más que el año pasado, para abastecer las terminales regasificadoras de Bahía Blanca y Escobar, ambas en la provincia de Buenos Aires. Pero los elevados precios incluidos en las ofertas –superiores a los U$S 16 por millón de BTU, cifra tope establecida por la empresa-, limitaron la adjudicación a 55 buques.
Entre los ganadores figuran los cuatros proveedores conocidos -Repsol, Morgan Stanley, Excelerate y Gas Natural-, a los que en esta compulsa se sumaron la japonesa Marubeni y British Petroleum (BP), según confirmaron las fuentes consultadas, que no brindaron detalles acerca de las cantidades adjudicadas a cada uno. También participaron de la licitación Petrobras, E-Cross World, Mitsubishi, Chevron, Total, y la trader rusa Gunvor.
Sorprende la adjudicación a la petrolera británica BP justo cuando el conflicto por las Islas Malvinas tuvo otro pico con la declaración conjunta del Mercosur reclamando al Reino Unido que abra el diálogo y mientrsa las Argentina avanza en las amenazas de boicot a los vuelos a las islas.
“Compramos el 70% de las cargas de Escobar y 30 buques para la terminal de Bahía Blanca, que este año amplió su capacidad en un 50 por ciento”, indicaron a LPO desde Enarsa. La terminal regasificadora, que funciona en el muelle de la empresa Mega y es operada por YPF, puede inyectar desde este mes 16 millones de m3 diario (MMm3/d) de gas a la red de gasoductos. Un tamaño similar (17 MMm3/d) puede procesar la planta de Escobar, también controlada por la petrolera de Repsol y la familia Eskenazi.
Según afirmaron desde Enarsa, el precio del LNG que se inyectará en Bahía Blanca oscilará entre los 11 y los 13 dólares, en tanto que el de Escobar alcanzará los US$ 15 por millón de BTU, a raíz de las complejidades logísticas que acarrea la unidad: la profundidad del Río de la Plata no permite el ingreso de barcos de gran calado, por lo que hay que recurrir a naves más pequeñas que encarecen la operación. La unidad de Bahía Blanca puede recibir directamente cargas de 149.000 m3 de LNG, algo así como 80 MMm3 de gas natural.
Precios que asustan
De acuerdo que los números que manejan en Enarsa, las cargas adquiridas tendrán un costo cercano a los US$ 2.300 millones. Y estiman que cuando se licitan el 30% restante, la importación de gas por barco demandará un gastos superior a los U$S 3.600 millones, el equivalente al 1% del PBI.
En la empresa estatal están preocupados por el encarecimiento del LNG, debido a que desde que el desastre de la central nuclear de Fukushima, en Japón, se incrementó su demanda. “Si bien existe disponibilidad de LNG en el mercado, la oferta se ha restringido y los precios se han encarecido un 15% en los últimos meses”, advirtió el directivo consultado, que prefirió la confidencialidad.
Lo que aún no definió Enarsa es a qué precio venderá el gas que llegue por barco a los grandes industriales, principalmente a los asentados en el polo aceitero del gran Rosario y a los del Polo de Bahía Blanca. Lo cierto es que la idea del Gobierno es que buena parte del costo de importación de LNG lo paguen los grandes usuarios. En esa dirección, a través de la nota 10161 del 2 de septiembre, el Enargas ordenó que las industrias que no cumplan con las restricciones al consumo fijadas por el ente regulador empiecen a comprarle el fluido a Enarsa.
La norma, retroactiva al 1º de agosto de este año, aún no se está implementando de forma efectiva, pero en el mercado estiman que tomará vigencia definitiva a partir de enero. Desde ahora, los grandes usuarios deberán pagar cerca de US$ 5,50 por millón de BTU el gas que demanden por encima de lo autorizado por el Gobierno, según pudo saberse. Hasta este momento, el abastecimiento estaba a cargo de las empresas productoras –YPF, Total, Pluspetrol y Petrobras, entre otras- y comercializadoras.
En los despachos privados la nota de Energía cayó como un balde de agua fría, porque reduce su negocio a futuro. “A partir de ahora, nuestros clientes que no acaten las restricciones fijadas por las distribuidoras, deberán pagarle el excedente a Enarsa”, explicaron el gerente comercial de una comercializadora, que prefirió la confidencialidad. “Eso atenta directamente contra el volumen de gas que vendemos”, agregaron.
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