miércoles, 4 de enero de 2012

Beder Herrera mandó una patota parapolicial para garantizar la minería en Famatina




Los vecinos impiden subir al cerro a operarios de la canadiense Osisko, contratada por el gobernador para iniciar una exploración minera. La policía local se resiste a reprimir. “Nos mandó combis con patoteros, pero no nos van a sacar”, advirtió la manifestante Marcela Kravet.Vecinos de la localidad riojana de Famatina acampan desde ayer en el cerro local para bloquearles el ascenso a los operarios de la canadiense Osisko Mining, contratada por el gobernador para iniciar allí una explotación minera.
Luis Beder Herrara firmó el convenio con la empresa el 1 de septiembre y provocó el rechazo inmediato de los pobladores, que ahora dicen que no se retirarán mientras el contrato siga vigente.
Así lo hicieron saber esta mañana, cuando se colocaron en hilera para imposibilitar que 50 empleados de Osisko asciendan a la mina. La policía local, como jefe nuevo desde el jueves, no intervino. Pero el gobernador no se quedaría de brazos cruzados.
“Le exigen a los policías que repriman pero como son vecinos nuestros no lo van a hacer. Por eso Beder Herrara mandó a patoteros en una combi para obligarnos a bajar”, denunció ante LPO Marcela Kravet, miembro de la asamblea por la vida, impulsada por ONG locales pero copada por todo el pueblo de Famatina.
Tanto es así que semanas atrás el propio gobernador vivió en carne propia la furia local tras ratificar el proyecto minero con un acto reservado a dirigentes. “Fue una provocación. Hicimos más de 5 kilómetros de caravana”, rememoró Kravet, desde 1.500 metros de altura.
En Famatina, Beder Herrera justificó el ingreso de la minería al considerarla “la única salida” para “crecer”. Y les pidió a “quienes hablan sobre el cuidado del agua y el medio ambiente que se fijen en San Juan, que vive de la minería desde hace tiempo y es igual de seca que La Rioja”.
También se legitimó en el apoyo electoral que recibió en las elecciones de mayo. “Eso es un error, porque nadie lo votó para darle un cheque en blanco y que haga lo que quiera”, remarcó Kravet.
Es que Beder Herrara esperó esa elección para firmar el convenio con Osisko Mining, que de inmediato aglutinó a los vecinos en su rechazo. El primer golpe lo sufrió en las elecciones generales: la lista de Carlos Menem mejoró su performance de las primarias y superó a patrocinada por el gobernador.
El intendente local, Ismael Bordagaray, también oficialista, no entendió el mandato popular como su jefe político y se mostró a favor de los vecinos. “Hay que seguir resistiendo, generando conciencia en el pueblo, que es lo único que va a frenar la minería en el departamento”, instó.
También se plegó el sacerdote Omar Quinteros. “Este pueblo de Dios no acepta dádivas. Hay que decir no sólo que el Famatina no se toca, sino también que el pueblo no se vende”, afirmó.
El sacerdote denunció además que “desde las altas esferas del poder solicitaron mi traslado y que me prohíban tocar las campanas”, en alusión a los tañidos que emite para advertir a la población de la presencia de gente relacionada a la minería.

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