Desde hace meses, los trabajadores de Soho denuncian que en la empresa -propiedad de Nelson Alejandro Sánchez Anterino- se viene produciendo un vaciamiento de la fábrica, librando cheques sin fondo a todos sus proveedores, dejando de pagar los aportes correspondientes, la ART, los impuestos y acumulando pedidos de quiebra.
Ante la posibilidad del cierre de la fábrica y el despido de 400 empleados, los trabajadores decidieron ocupar la planta hasta tanto el Ministerio de Trabajo obligue a la patronal a mantener la continuidad laboral y hacer los aportes correspondientes.
Luego de una durísima negociación en el Ministerio de Trabajo, la patronal de Soho se vió obligada a retroceder. A cambio del levantamiento de la ocupación pacífica que los obreros llevaban en la empresa hace una semana, tuvo que firmar que no despediría, ni sancionaría a nadie, que pagaría los sueldos inmediatamente y que se comprometía a hacer inmediatamente un inventario junto a los delegados de todos los bienes que hay en la fábrica, en prevención a un vaciamiento fraudulento.
Los obreros ganaron el primer round
Luego de una durísima negociación en el Ministerio de Trabajo, la patronal de Soho se vió obligada a retroceder. A cambio del levantamiento de la ocupación pacífica que los obreros llevaban en la empresa hace una semana, tuvo que firmar que no despediría, ni sancionaría a nadie, que pagaría los sueldos inmediatamente y que se comprometía a hacer inmediatamente un inventario junto a los delegados de todos los bienes que hay en la fábrica, en prevención a un vaciamiento fraudulento. Un inventario que será monitoreado por el justicia y el Ministerio de Trabajo. Tuvo que aceptar también, en lugar de los despidos compulsivos y selectivos a los que aspiraba, la apertura de un listado de retiros voluntarios que en realidad la perjudica, ya que los más dispuestos a irse de la empresa son un minoría de trabajadores que no adhirió a la medida de fuerza y que apoya los planteos de la empresa. Si bien el acuerdo tiene una duración de 30 días, lo cierto es que los trabajadores en lucha salen airosos del primer round, mientras la patronal fracasó en todos sus objetivos.
Cuando los obreros de Soho votaron el viernes pasado ocupar pacíficamente sus puestos de trabajo las 24 hs y por tiempo indeterminado, la patronal llevaba adelante un acelerado vaciamiento de la empresa que ponía en riesgo las fuentes de trabajo. Había vendido sus logos, su esquema de producción, mudaba bienes, anunciaba su intención de desmantelar el sector de corte y ni siquiera había pagado los sueldos del mes. Era vox populi que con la venta de la firma, a excepción de cinco personas, la mayoría de los trabajadores serían despedidos sin siquiera garantías de cobrar su indemnización. Frente a esta situación desesperante, los trabajadores se plantaron con firmeza y a una semana de iniciado el conflicto, lograron torcer los planes patronales.
A la firmeza de los obreros en lucha, se le sumó el apoyo de los vecinos de las inmediaciones, delegados de otras fábricas, de organizaciones sociales como la Alameda, los cartoneros del Alamo, el MTE, el Movimiento de Fábricas Recuperadas entre otros que juntaron dinero para el fondo de huelga, hicieron guardias externas permanentes durante toda la semana y estuvieron en estado de alerta y movilización ante cualquier ataque antiobrero.
En esa semana de lucha, fracasaron rotundamente los intentos de la patronal de criminalizar la protesta con su denuncia judicial de usurpación, que no prosperó ante la constatación de la fiscalía de que los trabajadores no usurpaban nada, sino tan sólo permanecían por tiempo indeterminado en sus puestos de trabajo. Más aún, la fiscalía contravencional, no sólo no ordenó el desalojó, sino que además resolvió impedir la entrada y salida de mercadería al acreditar que se estaba en las vísperas de un vaciamiento fraudulento.
También la justicia comercial dió un espaldarazo a los trabajadores al otorgar a los delegados de la fábrica el status de querellantes para poder seguir el expediente del vaciamiento desde adentro. Acorralada, la patronal tuvo que presentarse en convocatoria, lo cual mejora la posición de los obreros en lucha, ya que la nueva ley de quiebras les otorga prioridad por encima de cualquier otro acreedor.
Vanos fueron los intentos de la empresa de imponer como un hecho consumado el despido masivo de todo el sector de corte en las audiencias del 13 y el 15 de setiembre en el Ministerio de Trabajo. El propio Ministerio y al final hasta el mismo sindicato de comercio, terminaron dándole la razón a los obreros y rechazando toda tentativa de despido. En su lugar, la patronal tuvo que aceptar contra su voluntad la apertura de un listado de retiros voluntarios que anticipa la salida de un puñado de carneros, pero no de los trabajadores en lucha. También debió aceptar realizar un inmediato inventario de bienes junto a los delegados a fin de que se eviten maniobras fraudulentas de vaciamiento. En ese contexto y por 30 días, los trabajadores aceptaron levantar la ocupación pacífica y mantenerse en estado de alerta ante cualquier tentativa de la empresa de violar el acuerdo.
En la tarde del jueves 15, el silencio y la desazón de la patronal encerrada en las oficinas del tercer piso, contrastaba con la euforía y algarabía obrera en la planta baja. Era muy obvio que los trabajadores había ganado el primer round y por paliza, logrando que se paguen los sueldos, se frenen los despidos y el vaciamiento y se impidan sanciones o la criminalización del conflicto gremial.
Hasta el Ministerio de Trabajo y el Sindicato de Comercio advirtieron los planes antiobreros de la patronal y sus maniobras de vaciamiento. Del mismo modo lo percibió la AFIP que se acordó en estos días de intimar a la empresa a regularizar su caótica situación.
La patronal de SOHO que navegaba hasta ahora impune entre la denuncia penal por trabajo esclavo y por contrabando y que hacía fulbito entre los numerosos pedidos de quiebra, mordía por primera vez el polvo, ante la dura y consecuente lucha obrera dispuesta a ir hasta el final.
Cuando parecía el fin de una película de terror, los obreros de SOHO se levantaron de las ruinas y con su lucha marcaron un camino. Con o sin patrones, están dispuestos a luchar a brazo partido por sus fuentes de trabajo. Ganaron la primer batalla de una larga guerra en la que tienen muy en claro que con unidad, solidaridad y organización es posible la victoria.
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