Crisis mundial: sin luz al final del túnel
Por Eduardo LucitaLa crisis no da respiro, su profundidad y ritmos se agrandan y aceleran con los días. La crisis de liderazgos se acentúa, los “mercados” mandan y colocan sus personeros, mientras crecen los temores a la ingobernabilidad del sistema como tal.
Nada bueno en estos días
Las malas noticias se acumulan a una velocidad vertiginosa. En estos días la poderosa Alemania solo pudo colocar el 60 por ciento de una emisión de bonos de 6.000 millones de dólares; los “mercados” ahora atacan a Italia y Francia, segunda y tercera economías de la eurozona. En EEUU los republicanos hicieron fracasar en el Congreso el acuerdo para bajar el déficit, porque otra vez se oponen a aumentar los impuestos a los ricos. La Comisión Europea (CE) alertó que el bloque marcha a una “...profunda y prolongada recesión”; para el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que agrupa a los principales 400 bancos del mundo, Europa ya está en recesión y pronostican una caída de 1 punto para el año entrante. La OCDE por su parte ha declarado ya en recesión a Inglaterra e Italia. Semanas atrás el FMI había abierto el paraguas “La economía está en una fase peligrosa e incierta”.
Endeudamiento de los Estados
Quince días atrás señalábamos: “La crisis de estos días no es más que el resultado del salvataje que los Estados hicieran en 2008/2009, cuando el endeudamiento público reemplazó al privado. Por lo tanto se trata ahora de una deuda de Estados soberanos”. Estados que en rigor han perdido su soberanía monetaria prisioneros del cerrojo del euro y de la supervisión de los organismos financieros, que ahora también auscultaría las diversas partidas presupuestarias de cada uno de los países miembros.
La deuda pública en términos del PBI, proyectada al año en que finalizarían los ajustes fiscales (2014/2016 según los países) alcanzaría al 165.1 por ciento en Grecia; al 116.3 en Italia; al 116.1 en Irlanda; al 114.6 en Portugal; al 87.7 en Francia, 80.4 en Inglaterra, y oh! sorpresa al 79.1 en la prolija Alemania. Todos superan ampliamente el límite del 60 por ciento establecido en los Acuerdos de Maastrich, lo mismo puede decirse de los déficit fiscales.
Una espiral recesiva en puerta
El alerta lanzado por la CE acerca de una recesión prolongada está basado en los resultados esperables de las políticas de austeridad que la propia CE junto con el BCE y el FMI (la llamada Troika) están imponiendo como condición en todos los países. Condiciones propias del Consenso de Washington, que esta columna denunció ya hace más de un año que había mudado de continente
Los planes de ajuste adquieren otra dimensión cuando se observa la magnitud de las cifras en juego expresadas en miles de millones de dólares: Inglaterra 132.4; Alemania 110.3; Francia 89.7; Italia 62.8; España 20.7. Inevitablemente esta austeridad hará recaer en la recesión a toda la región. Es esta magnitud, que alcanza a los 524.5 mil millones de dólares para toda la UE hasta el 2016, lo que da pié a los pronósticos de una espiral recesiva y prolongada. La secuencia la conocemos muy bien los latinoamericanos y particularmente los argentinos: los planes de ajuste llevan a la caída de la actividad económica con desocupación y perdida de salarios, luego la recesión que puede ir acompañada de deflación de precios, finalmente la depresión (recordar los últimos tres años de la Convertibilidad). La experiencia nos indica que todo ese esfuerzo, y los dramas sociales que lleva implícito, no solo no redunda en reducciones sustanciales de los déficits, sino que ante la caída del PBI hace más gravosa aún la carga de la deuda. Esto es lo que lleva a la analista española Ana Flores a preguntarse ¿Qué pasará cuando los sacrificios no acaben con la crisis?
La geografía de la crisis
En un reciente artículo el economista argentino Claudio Katz señalaba lo que podríamos llamar las dimensiones geográficas de la crisis. Dice allí que el epicentro esta radicado en los países centrales, en los fuertemente desarrollados pero que también golpea a los más débiles, sean de Europa o de otros continentes. Entre estos dos polos hay un tercer grupo, el de los llamados emergentes, capitaneados por los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- en los que también es posible incorporar algunos latinoamericanos, que juegan un papel de amortiguadores de la crisis. Esta amortiguación es la que al menos hasta ahora ha impedido que la economía mundial se hundiera como sí lo hizo en la crisis de los años ’30 del siglo pasado.
Este grupo de países dice nuestro autor “...pueden evitar una mayor caída pero no pueden tirar para arriba”, ser la locomotora que reemplace a las anteriores y sacar al mundo del marasmo actual. Así la crisis queda irresuelta.
Nadie pronostica una recesión para China, Brasil o Argentina por ejemplo. Pero China esta desacelerando su crecimiento, si fue de 10.4 por ciento en el 2010, será del 9.l este año y estima un 8.4 para el 2012. Brasil pronostica un crecimiento a la mitad del actual y en nuestro país distintas proyecciones hablan de tres y hasta cuatro puntos menos sobre el crecimiento actual estimado del 8 por ciento del PBI.
Es indudable que a la menor demanda global de los EEUU se suma ahora Europa, actualmente el principal mercado de las exportaciones chinas. Alemania que resultó ser la gran triunfadora de la creación de la eurozona, donde colocaba masivamente allí sus exportaciones industriales, sufre en carne propia la crisis del euro, y esta ahora se refracta. porque desde hace un tiempo se había reorientado hacia el mercado chino, que se está contrayendo. No es distinta la situación de Brasil, que de agudizarse la caída de la actividad repercutirá por estas geografías. Ya algunas automotrices instaladas en el país han comenzado con suspensiones y/o adelanto de vacaciones.
El túnel no pareciera tener final
La autora española mencionada ha rescatado un texto del director de la versión española de Le Monde Diplomatic, Ignacio Ramonet, publicado en 1997: “La mundialización financiera ha creado su propio Estado. Un poder sin sociedad. Este rol es ejercido por los mercados (...). Las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder. Y todo esto no deja de agravarse". Casi una década y media después la realidad de Grecia e Italia donde gobiernos elegidos democráticamente han sido reemplazados por tecnócratas ligados a la gran banca internacional parecieran darle la razón.
Mientras crece el debate por escindir la eurozona en dos bloques (el de los países ricos y el de los países pobres) y hay propuestas para expulsar a aquellos que no pongan sus cuentas fiscales en orden, el eje franco-alemán, que parece incluir también a los Países Bajos, Austria, Finlandia (área de influencia alemana) más Luxemburgo, estarían pensando en modificar los tratados que dieron base a la UE.
Por si algo faltara Barak Obama citó de urgencia en la Casa Blanca al presidente de la Comisión Europea y al jefe del Consejo Europeo. Temeroso de que la crisis perjudique aún más la ya de por sí débil economía norteamericana, les reclamó celeridad en las decisiones y que actúen “...con determinación”, cansado de la sucesión de reuniones sin ninguna solución conducente a la vista.
Así la crisis sigue avanzando por el mismo curso que ella misma se trazó. La situación es por demás preocupante. En todo sentido.
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