Alumbrera: un corte que no tuvo corte
Luego de la detención, apaleo y liberación de dos militantes del corte de Tinogasta, la ruta sigue interrumpida para los camiones que se dirigen desde o hacia la mina de La Alumbrera. Se realizaron marchas en repudio a la detención de los dos militantes.Manifestantes de las asambleas ciudadanas de Famatina y Chilecito que rechazan la megaminería a cielo abierto marcharon a la localidad de Campanas, La Rioja, para ratificar su postura y manifestar su repudio y solidaridad por las tres detenciones violentas ocurridas en Tinogasta, Catamarca, durante el corte de una ruta. También se realizaron movilizaciones en repudio al accionar represivo de la policía catamarqueña en el distrito provincial de Andalgalá y en Mendoza, Córdoba, Tucumán y Jujuy. Mientras, el corte de la ruta nacional 66 continúa, tal como se inició el 29 de enero pasado.
El sábado, Darío Moreno, Eduardo Algañaraz y Ezequiel Koch, tres manifestantes de la Asamblea por la Vida de Tinogasta que participaban del corte de tránsito sobre la ruta nacional 66 –un bloqueo selectivo, en el Paso Internacional San Francisco, que sólo impide circular a los camiones de La Alumbrera–, notaron que unos vehículos de la empresa internacional minera tratarían de esquivar el bloqueo por un camino de tierra que se abre unos 800 kilómetros arriba de donde se encontraban. El camino los llevaría a otra ruta provincial por la que podrían circular hacia Chile.
Para evitar que los camiones evadieran el bloqueo, los manifestantes se adelantaron a esa bifurcación, acompañados por una mujer que luego se quedaría a un costado filmando la escena. “Cuando se acercaron vieron que los camiones venían escoltados por una camioneta de la policía provincial en la que iban entre 7 y 8 policías, y por un segundo vehículo en que iban otras dos personas de civil”, contó a este diario la socióloga que realiza trabajos de campo en Tinogasta, María Comelli.
Los policías bajaron de la camioneta, los corrieron a un costado de la ruta y les empezaron a pegar. “Les dieron puñetazos y patadas, y después los subieron a la camioneta, donde siguieron escoltando a los camiones de la mina –agregó Comelli–. Eso fue a las 14.30. Luego, estuvieron dos horas desaparecidos, en la comisaría distrital decían que no sabían nada y, recién alrededor de las 18, los vecinos se enteraron por comentarios de gente del lugar de que los habían llevado a una comisaría de Fiambalá, que queda 50 kilómetros al norte.”
Cuando las radios llamaron a la comisaría, las autoridades informaron que estaban aprehendidos. Y a las 21 los soltaron. “Tenían golpes por todo el cuerpo y dijeron que les habían tirado gas pimienta”, contó la socióloga. Ayer, los asambleístas contra la megaminería expresaron su repudio a la represión. En Famatina se sintió especialmente. Una movilización arrojó petardos, tomates, piedras contra el domicilio de la diputada provincial oficialista Adriana Olima, insistente defensora de la minería a cielo abierto.
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