TODO LO BUENO LO HIZO ELLA, DE LO MALO SE BUSCAN LOS CULPABLES
Cristina Fernández de Kirchner hizo esta vez un muy largo discurso para dejar inauguradas las sesiones parlamentarias del 2012. En él, como es habitual en la presidenta, hizo un largo raconto de todos los logros de su gestión -y también de la de su marido- para decirnos a argentinos y argentinas del maravilloso país que han construido en los últimos 9 años. Según los abundantísimos números que leyó, y sus extensas explicaciones de lo que demostraban, a su entender ya hemos abandonado totalmente el infierno del principio, para adentrarnos actualmente mas que raudamente en el cielo, casi el paraíso. Como decimos, atribuyó a su gobierno y al de Néstor semejante éxito; logrado a pesar de quienes "han puesto palos en la rueda" para impedirlo.No obstante, como los lunares de la realidad son difíciles de ocultar, al menos algunos muy grandes, no tuvo mas remedio que referirse a ellos. Por orden de aparición: primero se refirió a la megaminería a cielo abierto. Explicó lo bien que se desarrolló en su provincia, Santa Cruz, y reiteró que quienes la critican son de mínima gente poco informada, cuando no malintensionada. Terminó diciendo eso sí, que debe garantizarse que no se afecte el medioambiente y que las empresas no se lleven los minerales y toda la plata afuera, aceptando que eso es lo que sucede. ¿Y quién debe garantizar esto? Eso se olvidó de mencionarlo.
A continuación hizo una encendida defensa de la política ferroviaria de su gobierno, continuidad -que duda cabe- de la de Menem. Explicó largamente todo lo que se ha invertido en estos años y, palabras mas, palabras menos, dio a entender que el problema de la situación actual de los trenes no es de los concesionarios -como TBA- sino de que no los dejaron hacer el tren bala a Rosario, que hubiera permitido modernizar el sistema. Particular justificativo de la razones del accidente reciente en la estación Once, y llamativa manera de echarle la culpa a los que, supuestamente, no los dejan gobernar.
Mas tarde se refirió al problema petrolero. Luego de una defensa de la privatización de YPF, de su apoyo a ella, y una alabanza a su primer presidente luego de aquello, José Estenssoro, explicó que el descenso abrupto de la producción de la empresa se produjo durante este siglo, y particularmente durante sus 9 años de gobierno. ¿Pero quién permitió semejante cosa? ¿Quién aceptó y promovió -con la entrada de los Eskenazy sin poner plata propia- que YPF distribuyera dividendos y no los reinvirtiera? Eso no lo dijo, pero si dejó en claro que ella no fue. Tal vez el gran bonete, como en el juego de los niños.
Por último reiteró en varios pasajes de su alocución, la cantidad de cosas que su pudieron haber hecho con los 19.000 millones de dólares que -vía Bodén 12- su gobierno ha tenido que pagar a los que tenían depósitos de esa moneda en los bancos cuando el corralito, y que estas entidades no les devolvieron, es decir se apropiaron ilegalmente. Para mostrar su profundo disgusto que dichos bancos, que son los mismos que operan hoy en plaza, les dijo que ni pensaba tocar la ley de entidades financieras, vigente de Martínez de Hoz a la fecha. Claro, total esta ley no tuvo nada que ver con lo que pasó en el 2001 y con lo que sucede hoy respecto del crédito, que en lugar de apuntalar la producción le da viento al consumo llenando las arcas de las entidades. Los diputados de Nuevo Encuentro, alguno presidente de un conocido banco cooperativo que estaba allí escuchando, seguramente quedaron agradecidos por estas definiciones.
Cerró su discurso la señora diciendo que "un gobierno se tiene que hacer cargo de todas las cosas". Bueno sería que empezara por casa.
HUMBERTO TUMINI
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