"Argentina es un país sin soberanía sobre sus recursos"
El Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, calificó a la actual como una democracia “vacía de contenidos” y a una Argentina “sin soberanía” en el control de sus recursos naturales durante una conferencia en la UNNE.
Perez Esquivel ante un auditorio desbordante llamó a “mantener la esperanza” en defensa de los Derechos Humanos en América Latina, en la que - dijo - existe la misma problemática.
Remarcó que existe “un proyecto de dominación de todo el continente”, y habló de un “genocidio económico” que especula con el hambre en el mundo. “Nos está faltando el reloj de la historia”, sostuvo.
Invitado por el Observatorio de Derechos Humanos y Participación ciudadana de la Universidad Nacional del Nordeste, el titular del Serpaj disertó en el aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas.
Con un auditorio lleno, y ante la presencia de funcionarios provinciales, legisladores y autoridades de la Universidad, Pérez Esquivel dictó una conferencia sobre Derechos Humanos y los desafíos que presenta en Latinoamérica y en Argentina.
En un panorama general latinoamericano, el premio Nobel destacó a la Argentina como el único país en el que “los Tribunales Federales tuvieron el coraje de juzgar a quienes cometieron crímenes lesa humanidad” durante la dictadura militar, en comparación con Chile, Brasil y Paraguay, países que “aún no han podido hacerlo”, dijo.
Sin embargo habló de una “democracia vacía de contenidos”. “No se puede acotar los derechos humanos únicamente al período del 76’ al 83’”, remarcó, en tanto que consideró que “los Derechos Humanos son integrales a la vida de la democracia y es una construcción permanente, de la cual la sociedad - y no solo los gobernantes - son responsables”, instó.
Así mismo subrayó que ese período histórico responde a un “proceso de intento de dominación de todo el continente que aún no terminó”, alertó. “¿Es posible creer que los militares se enloquecieron y comenzaron a desaparecer gente?”, reflexionó. “Hubo un proyecto de dominación, que aún está vigente, y al que es posible oponer resistencia resguardando los Derechos Humanos y la identidad de los pueblos”, sostuvo.
Tras su conocida lucha contra el ALCA, Pérez Esquivel volvió a apuntar a los Estados Unidos, a quien acusó de “poner su dedo sobre Cuba”, y criticó las torturas en la cárcel de Guantánamo y las violaciones a los derechos humanos durante la Guerra de Irak, en la cual estuvo presente durante 12 días, dijo. Así mismo habló de bases militares de ese país en toda América Latina, en un proceso de “militarización”, que buscaría acercarse a los recursos naturales como el agua y el petróleo.
Perez Esquivel ante un auditorio desbordante llamó a “mantener la esperanza” en defensa de los Derechos Humanos en América Latina, en la que - dijo - existe la misma problemática.
Remarcó que existe “un proyecto de dominación de todo el continente”, y habló de un “genocidio económico” que especula con el hambre en el mundo. “Nos está faltando el reloj de la historia”, sostuvo.
Invitado por el Observatorio de Derechos Humanos y Participación ciudadana de la Universidad Nacional del Nordeste, el titular del Serpaj disertó en el aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas.
Con un auditorio lleno, y ante la presencia de funcionarios provinciales, legisladores y autoridades de la Universidad, Pérez Esquivel dictó una conferencia sobre Derechos Humanos y los desafíos que presenta en Latinoamérica y en Argentina.
En un panorama general latinoamericano, el premio Nobel destacó a la Argentina como el único país en el que “los Tribunales Federales tuvieron el coraje de juzgar a quienes cometieron crímenes lesa humanidad” durante la dictadura militar, en comparación con Chile, Brasil y Paraguay, países que “aún no han podido hacerlo”, dijo.
Sin embargo habló de una “democracia vacía de contenidos”. “No se puede acotar los derechos humanos únicamente al período del 76’ al 83’”, remarcó, en tanto que consideró que “los Derechos Humanos son integrales a la vida de la democracia y es una construcción permanente, de la cual la sociedad - y no solo los gobernantes - son responsables”, instó.
Así mismo subrayó que ese período histórico responde a un “proceso de intento de dominación de todo el continente que aún no terminó”, alertó. “¿Es posible creer que los militares se enloquecieron y comenzaron a desaparecer gente?”, reflexionó. “Hubo un proyecto de dominación, que aún está vigente, y al que es posible oponer resistencia resguardando los Derechos Humanos y la identidad de los pueblos”, sostuvo.
Tras su conocida lucha contra el ALCA, Pérez Esquivel volvió a apuntar a los Estados Unidos, a quien acusó de “poner su dedo sobre Cuba”, y criticó las torturas en la cárcel de Guantánamo y las violaciones a los derechos humanos durante la Guerra de Irak, en la cual estuvo presente durante 12 días, dijo. Así mismo habló de bases militares de ese país en toda América Latina, en un proceso de “militarización”, que buscaría acercarse a los recursos naturales como el agua y el petróleo.
Al respecto, remarcó la importancia de la UNASUR, a la cual calificó como “una posibilidad de pensamiento propio”. Sobre eso, comentó que se ha constituido dentro de la UNASUR un Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa, integrado por los Ministros de Defensa de 16 países. “Las hipótesis de conflicto sobre las que se trabajan tiene que ver con la protección de los recursos como el agua, el petróleo y la minería. Hoy vienen por esos recursos”, aseguró.
“Argentina es un país sin soberanía, en el control de sus recursos. No solo los militares contribuyeron, también en los 90’ lo hizo un tal Menem, quien privatizó todo”, ironizó. “Un país que no controla sus recursos es un país sin soberanía”, calificó.
Así, pidió una “reforma urgente” a la ley de minería, tanto como “políticas racionales” en relación a los alimentos. “La revolución verde, que pretendía combatir el hambre en el mundo, fue utilizada para especular. Hoy más de 35 mil niños mueren de hambre, es lo que yo llamo un genocidio económico”, dijo, a la vez que subrayó que “hoy el mundo estaría en condiciones de superar el hambre”.
Medios y campañas
Entre las consideraciones vertidas en la conferencia, Pérez Esquivel llamó, en tiempos de campañas pre electorales, a “tomar conciencia” y a luchar contra el “discurso único”, y a valorar la diversidad.
“En estos tiempos se reúnen dos argentinos y forman tres partidos políticos”, dijo, aunque rescató el ejercicio político como vital para la vida de la democracia, criticó sin embargo la “poca profundidad de las campañas electorales. Parece el show de Tinelli, lindas colas pero no ofrecen más nada”, ironizó.
En referencia al rol de los medios de comunicación, opinó que “llevan a un pensamiento único, de enfrentamientos permanentes”, y cuestionó que, a su entender, “reproducen al mismo tiempo el mismo discurso. Así, si en Washington Obama estornuda, acá nos resfriamos”, graficó.
El reloj de la historia
La disertación de Pérez Esquivel comenzó con un relato que signaría el contenido de toda la conferencia: En una visita a Nüremberg - ciudad alemana en la que se enjuició a los criminales Nazis después de la Segunda Guerra Mundial - un Juez de la Suprema Corte de Justicia lo invitó a conocer la sala en que se había desarrollado el Juicio. “Es una sala sobria, revestida en madera, no muy grande. Recordé haber estudiado lo que fue el juicio, y al haber estado allí sentí escalofríos”, relató. Allí presente, detectó entonces que había algo que estaba faltando. Constató luego con un libro de historia que lo que faltaba en esa sala era un reloj. “Aquí también falta el reloj, el reloj de la historia y de la memoria”, dijo el Nobel.
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