Centro Mandela: "El ingreso promedio de los indígenas está por debajo de la miseria”
Tras la difusión del informe de la Defensoría del Pueblo de la Nación respecto de las pésimas condiciones de vida que sufren indígenas de Sáenz Peña, Núñez aseguró que la situación se repite en el área metropolitana.
Luego de la difusión de un lapidario informe de la Defensoría del Pueblo de la Nación respecto de las pésimas condiciones de vida que sufren cientos de indígenas de Sáenz Peña, el coordinador del Centro Mandela, Rolando Núñez, aseguró que la situación se repite en el área metropolitana. Remarcó que los ingresos promedio de las familias aborígenes del Chaco son de “miseria”.
“En lo relativo al informe que hizo la Oficina Chaco de la Defensoría del Pueblo de la Nación respecto a las comunidades indígenas que están en Sáenz Peña nosotros compartimos el criterio y el análisis de las conclusiones del informe y decimos que es objetivo y revelador de una situación que tiene relación con una comunidad indígena que tiene los peores indicadores sociales, económicos, sanitarios, educativos y ambientales”, afirmó Núñez en declaraciones a Radio Libertad.
Núñez se refirió a las lapidarias conclusiones a las que arribaron los representantes de la oficina local de la Defensoría del Pueblo, las cuales fueron plasmadas en el informe socio, sanitario y ambiental que remitió al defensor del Pueblo de la Nación la oficina Chaco a cargo de Roberto Mena, en el que se refleja la realidad de doce barrios de Sáenz Peña en los que residen niños, jóvenes, adultos y ancianos aborígenes, en su mayoría del pueblo qom.
Falta de viviendas dignas, alto porcentaje de personas indocumentadas, discriminación en la atención sanitaria y en las escuelas de la zona, becas que no se pagan hace años y falta de cloacas con el consecuente peligro de infección, son sólo algunos de los problemas que denunciaron los pobladores a la Defensoría.
“El informe de la Defensoría del Pueblo en los barrios indígenas de Sáenz Peña se repite perfectamente en los barrios indígenas del área metropolitana, específicamente lo que sería el Toba, El Camalote, Camalotito y Cacique Pelayo”, aseguró Núñez. “El que está en mejores condiciones es el Cheliyí porque tienen viviendas recientemente construidas, con un régimen de urbanización bastante importante, y lo que sería la comunidad cerca del barrio Don Santiago”, graficó.
“El resto, hicieron un relevamiento socioambiental del Toba, tal cual está y es impresionante los indicadores negativos en todos los rubros que señalé. Coincide exactamente –o por lo menos es bastante aproximado- con la situación informada por la Defensoría respecto a las comunidades indígenas de Sáenz Peña”, sostuvo Núñez. “El Toba de Resistencia tiene el beneficio de una mayor cercanía a la Casa de Gobierno que el Toba de Sáenz Peña entonces los reclamos son más rápidamente resueltos. Tiene construido una escuela de gestión comunitaria muy interesante producto de un reclamo histórico que llevaban adelante estas familias indígenas del Toba, el Camalote, el Camalotito y el Cheliyí”, afirmó.
“Si uno entra a una vivienda, al azar, en el barrio Toba uno encuentra un grado de pobreza, hacinamiento y de congestión que es absolutamente inapropiado y en el cual ninguno de nosotros podríamos estar viviendo. Si uno mira los ingresos promedio de las familias indígenas no están por debajo de la línea de indigencia sino que está por debajo de la línea de miseria.”, aseveró el abogado.
Luego de la difusión de un lapidario informe de la Defensoría del Pueblo de la Nación respecto de las pésimas condiciones de vida que sufren cientos de indígenas de Sáenz Peña, el coordinador del Centro Mandela, Rolando Núñez, aseguró que la situación se repite en el área metropolitana. Remarcó que los ingresos promedio de las familias aborígenes del Chaco son de “miseria”.
“En lo relativo al informe que hizo la Oficina Chaco de la Defensoría del Pueblo de la Nación respecto a las comunidades indígenas que están en Sáenz Peña nosotros compartimos el criterio y el análisis de las conclusiones del informe y decimos que es objetivo y revelador de una situación que tiene relación con una comunidad indígena que tiene los peores indicadores sociales, económicos, sanitarios, educativos y ambientales”, afirmó Núñez en declaraciones a Radio Libertad.
Núñez se refirió a las lapidarias conclusiones a las que arribaron los representantes de la oficina local de la Defensoría del Pueblo, las cuales fueron plasmadas en el informe socio, sanitario y ambiental que remitió al defensor del Pueblo de la Nación la oficina Chaco a cargo de Roberto Mena, en el que se refleja la realidad de doce barrios de Sáenz Peña en los que residen niños, jóvenes, adultos y ancianos aborígenes, en su mayoría del pueblo qom.
Falta de viviendas dignas, alto porcentaje de personas indocumentadas, discriminación en la atención sanitaria y en las escuelas de la zona, becas que no se pagan hace años y falta de cloacas con el consecuente peligro de infección, son sólo algunos de los problemas que denunciaron los pobladores a la Defensoría.
“El informe de la Defensoría del Pueblo en los barrios indígenas de Sáenz Peña se repite perfectamente en los barrios indígenas del área metropolitana, específicamente lo que sería el Toba, El Camalote, Camalotito y Cacique Pelayo”, aseguró Núñez. “El que está en mejores condiciones es el Cheliyí porque tienen viviendas recientemente construidas, con un régimen de urbanización bastante importante, y lo que sería la comunidad cerca del barrio Don Santiago”, graficó.
“El resto, hicieron un relevamiento socioambiental del Toba, tal cual está y es impresionante los indicadores negativos en todos los rubros que señalé. Coincide exactamente –o por lo menos es bastante aproximado- con la situación informada por la Defensoría respecto a las comunidades indígenas de Sáenz Peña”, sostuvo Núñez. “El Toba de Resistencia tiene el beneficio de una mayor cercanía a la Casa de Gobierno que el Toba de Sáenz Peña entonces los reclamos son más rápidamente resueltos. Tiene construido una escuela de gestión comunitaria muy interesante producto de un reclamo histórico que llevaban adelante estas familias indígenas del Toba, el Camalote, el Camalotito y el Cheliyí”, afirmó.
“Si uno entra a una vivienda, al azar, en el barrio Toba uno encuentra un grado de pobreza, hacinamiento y de congestión que es absolutamente inapropiado y en el cual ninguno de nosotros podríamos estar viviendo. Si uno mira los ingresos promedio de las familias indígenas no están por debajo de la línea de indigencia sino que está por debajo de la línea de miseria.”, aseveró el abogado.
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