Cristina armó un nuevo clóset colonial?
En
el nuevo mapa de la geopolítica mundial que reservó el Gobierno para la
Argentina con la idea de "salir del clóset colonial", tal como
anunció la Presidenta en el Congreso , hay nuevos socios
que ya fijaron sus reglas de juego en aparente superioridad de condiciones.
Mal que
le pese a Cristina Kirchner , la
Argentina podría ingresar en otro tipo de "closet colonial" si no se
toman los recaudos necesarios. La diplomacia que impuso la Presidenta ya no
estará atada a asociaciones con los Estados Unidos o los países
de la Unión Europea . En cambio, el
Gobierno se abrazó a China y a Rusia sin tapujos.
En su
discurso ante el Parlamento, Cristina Kirchner enumeró las bondades de los
acuerdos con Moscú y Pekín. Pero dejó varios interrogantes o agujeros negros
sin responder.
Por
ejemplo, en ningún tramo de su mensaje habló de los objetivos reales de la
estación espacial que China instalará en Neuquén durante 50 años y que varios
especialistas en materia de defensa aseguran que podría usarse con fines
militares. El Gobierno niega esto y asegura que ese acuerdo es similar al que
se firmó con la Unión Europea por una estación en Mendoza. Pero eso resulta ser
toda una falacia si se sabe que la contraparte del acuerdo con Pekín será la
Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites
(CLTC) que depende directamente del Ministerio de Defensa chino. En cambio, la
contraparte europea en el caso de la estación espacial de Mendoza es una
agencia de actividad espacial similar a la NASA que nada tiene que ver con un
organismo militar.
En
su discurso ante el Parlamento, Cristina Kirchner enumeró las bondades de los
acuerdos con Moscú y Pekín. Pero dejó varios interrogantes o agujeros negros
sin responder
La
Presidenta instó a la oposición a no ser "estúpidos" y "abrir la
cabeza" para aceptar los acuerdos con China. "Cómo no vamos a tener
relaciones normales y civilizadas con aquellos que nos vienen a ofrecer su
ayuda", dijo una eufórica Cristina Kirchner ante los legisladores. Pero no
se detuvo en aclarar por qué el Gobierno selló un acuerdo que le permitirá a
Pekín avanzar en obras de infraestructura con adjudicaciones directas. Tampoco
despejó los interrogantes de los gremios o de la UIA
respecto al ingreso ilimitado de mano de obra china.
En tal
caso, si el Gobierno está dispuesto a sellar con fuerza la alianza estratégica
integral con Pekín no le vendría nada mal incorporar la premisa central que
rige desde 2013 en el PC Chino de Xi Jinping en cuanto al duro combate contra
la corrupción. En esta lucha ya hubo 68.000 funcionarios chinos investigados y
le costó la cabeza a un ministro de Seguridad, al vicepresidente de la Comisión
Militar Central y al secretario general del partido comunista en un importante
canton, entre otros.
Desde
el Congreso, Cristina Kirchner también lanzó elogios hacia Rusia y anticipó que
la sexta central nuclear se acordará con la administración de Vladimir Putin . No es el
único negocio que cerró con Rusia. También esta en marcha la construcción de la
represa Chihuido en Neuquén, la compra de tres helicópteros militares y el
desarrollo de eventuales negocios petroleros en Vaca Muerta con YPF .
Resulta
llamativo o contradictorio que un gobierno que se jacta de bregar por los
derechos humanos decida acordar con dos países que están severamente
cuestionados por organizaciones internacionales a raíz de la falta de
libertades y fuertes persecuciones políticas.
Nadie
entiende aún por qué la Presidenta decidió anticipar el acuerdo nuclear con
Moscú sin previo llamado a licitación. A cambio de ello, Rusia prometió ampliar
la compra de alimentos argentinos para contrarrestar el faltante de productos
de Estados Unidos o Europa por las sanciones aplicadas por estos tras el conflicto de Ucrania .
Pero nada de estas medidas se concretó hasta el momento al menos oficialmente.
No son
los únicos puntos oscuros que deja el kirchnerismo en el vínculo con sus nuevos
socios mundiales. También resulta llamativo o contradictorio que un gobierno
que se jacta de bregar por los derechos humanos decida acordar con dos países
que están severamente cuestionados por organizaciones internacionales a raíz de
la falta de libertades y fuertes persecuciones políticas.
Uno de
los mayores especialistas en política China como es el profesor argentino Jorge
Malena destaca en uno de sus últimos escritos que "para que la política
bilateral de China y la Argentina llegue a buen puerto, la contraparte
argentina debería contar tanto con un estudio de diagnóstico y prospectivo
sobre el lazo con China, como también con un trabajo que evalúe el progreso del
Plan de Acción". Y aclara que "sólo de esa manera, podrá comprobarse
si los enunciados sobre la salvaguarda de los intereses de ambos países no son
meras expresiones de deseos sino objetivos asequibles". Nada de esto
parece haberse impuesto la Presidenta al regresar de su gira asiática.
En este
nuevo escenario mundial donde Cristina Kirchner busca escapar del "clóset
colonial" y aliarse con nuevos socios se correrá el riesgo de caer en
históricas reiteraciones si no se cuida lo que los politólogos norteamericanos
Daron Acemoglu y James Robinson señalan en su trabajo "Por qué fracasan
los países", las instituciones políticas y económicas inclusivas, en
detrimento de las extractivas. En caso contrario, la Argentina quedará atrapada
a un nuevo "clóset colonial" de diferente color político..
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