sábado, 28 de diciembre de 2013
Cada vez es más fuerte el rumor que anuncia un importante aumento en las tarifas de gas y electricidad, que al parecer se piensa anunciar luego de las elecciones del 27 de octubre. Los periódicos especializados y los allegados al poder hablan de “sinceramiento” y “adecuación” en las tarifas.
Los empresarios del sector exigen “actualización”. Todos eufemismos que reemplazan lo que realmente se está preparando: un aumento en las tarifas que va a impactar directamente en el bolsillo de los trabajadores y el conjunto del pueblo. Lo otro que innegablemente afecta al bolsillo es el contexto de inflación y la devaluación no reconocida, pero ese es otro cantar.
Desde la CTA, la FeTERA y el MORENO vemos que, más allá de los esfuerzos del gobierno por disfrazar o escamotear la realidad, el aumento de las tarifas y la creciente inflación refuerzan la idea de que el modelo se dirige a un ajuste para los trabajadores por un lado, y, por el otro, el sostenimiento en los niveles de ganancias de las empresas privadas.
En el sector eléctrico la combinación puede ser aún más regresiva si sumamos que se está ofreciendo un pésimo servicio al usuario, que hay un aumento en la concentración empresaria y que todo esto se da en un marco de creciente déficit energético. Argentina importa el 30% de la energía que utiliza, con lo cual el nivel de supeditación y pérdida de autonomía crece de manera exponencial.
Una de las noticias económicas de los últimos días tiene que ver con la subida de la bolsa (alcanzando nuevos valores récord e históricos) marcado fuertemente por las firmas del sector energético.
Los aumentos de los activos de empresas que cotizan en bolsa que se vienen destacando estos últimos días, como el jueves 17 de octubre, son los de Edenor (+11,5%), Pampa Energía (+7,3%), Petrobras Energía (+5%), entre otros. También es importante observar que las acciones de Edenor -la mayor distribuidora de energía- triplicó su valor en la bolsa de Nueva York desde agosto a la fecha. Al mismo tiempo las cooperativas eléctricas sufren las consecuencias de un modelo energético que sigue favoreciendo a las empresas privadas, fundamentalmente extranjeras.
Pero lo más importante en términos de tarifas tiene que ver con los subsidios al gas y electricidad en el sector privado, que este 2013 representa 75.000 millones de pesos (en 2012 fue de $ 61.896 millones). Esta cifra es muy importante respecto de la compleja situación en las cuentas nacionales. Ya hubo algún funcionario del gobierno que “deslizó” que se estarían reviendo estos subsidios. La fórmula en este punto es conocida: al recorte de subsidios estatales le sigue el aumento de tarifas en el servicio. Hay una única verdad: el único perjudicado es el usuario.
El cuadro se agrava si pensamos que el marco donde se da esta situación es de un fuerte déficit energético, llegando al punto donde se está evaluando importar petróleo crudo desde Nigeria para que vaya a las refinerías del país. Para tener en cuenta: Argentina no importa petróleo crudo desde 1992.
Para algunos analistas, estos datos son fuertes indicios del aumento de las tarifas que se viene gestando. Junto con el lobby de las empresas interesadas, comienza a crecer la idea de una suba de las tarifas de gas y luz que alcanzará a usuarios del área metropolitana y a las PYMES, aunque no se conocerá hasta después de las elecciones.
Los empresarios del sector agrupados en la Cámara de Energía de la Republica Argentina (CEDERA), como los hermanos Bulgheroni de la petrolera PAE, Hugo Sigman y Horacio Cristiani de Gas Natural Ban, Marcelo Mindlin de la empresa Pampa Energía y Edenor, Carlos Ormachea de Tecpetrol, entre otras importantes firmas, hace bastante tiempo que vienen presionando por un aumento en las tarifas en la energía.
Desde los que buscamos construir poder popular con democracia y soberanía energética vemos que el problema estructural es que la lógica imperante del sector eléctrico (con un pésimo servicio que se nota en el aumento de cortes de luz) responde a una bajísima o nula inversión empresaria, con aumento sostenido de ganancias privadas, principalmente asociadas a los subsidios del Estado. Creemos que esta lógica siempre fue e irá a contramano de los intereses populares.
Uno de los últimos documentos del MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora) de agosto de 2013, hace un interesante recorrido sobre qué sistema eléctrico tenemos hoy en nuestro país y cuál necesitamos como pueblo. Sobre la situación actual explica que: “la tendencia de las políticas del Gobierno nacional ha sido, por un lado, tratar de sostener la rentabilidad privada, principalmente en el mercado de generadores y transportistas; por otro, tratar de no provocar rechazo de los usuarios hacia el Gobierno, evitando aumentos importantes de tarifas -o retrotrayéndolos-, sobre todo en el sector residencial”.
Aunque la idea del Gobierno de no modificar las tarifas de manera importante pueda cambiar después de octubre y lo que ocurra con los resultados de las elecciones legislativas, es importante detenerse a reflexionar sobre qué modelo energético se lleva adelante y poder pensar si, así como está, es capaz de dar respuesta al conjunto de la sociedad.
Creemos que las políticas aplicadas hoy no conducen a la recuperación de la soberanía energética y que por permanecer bajo la lógica empresaria y los grandes monopolios, se llega a una crisis que siempre la terminan pagando los usuarios. Es la única razón que explica un futuro aumento en las tarifas.
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