La Primera Invasión Inglesa
Los ingleses desembarcaron en Quilmes el 25 de junio con una poderosa escuadra comandada por el militar británico William Carr Beresford, el 27 de junio de 1806 la ciudad de Buenos Aires fue ocupada. Con poca capacidad de defensa por parte de las autoridades virreinales, los ingleses ocuparon rápidamente la ciudad e izaron su bandera en el fuerte, núcleo del poder del Virreinato, durante 46 días, los cuales estuvieron signados por la moderación y los intentos por ganarse a los "porteños". El cambio más importante fue la apertura del comercio, que hasta entonces se regía por el monopolio ligado a la metrópolis española.
Esta invasión significaba la cristalización de la estrategia de los círculos comerciales y políticos ingleses sobre la conveniencia de apoyar la independencia de América del Sur y copar su mercado de incalculable riqueza. Fue entonces cuando los comerciantes que estaban favorecidos por el régimen previo (el español) se organizaron para reconquistar la ciudad y el liderazgo recayó sobre el capitán de fragata Santiago de Liniers, quien, desde la provincia oriental (actualmente Uruguay) organizó las milicias para recuperar a Buenos Aires.
El 4 de agosto fondearon frente al Puerto de las Conchas (Tigre) y desde allí marcharon hacia la ciudad. En su camino se unieron paisanos y el ejército de Juan Martín de Pueyrredón y muchos de los pobladores ayudaron al ejército de Liniers, que ya contaba con 4000 hombres.
El 12 avanzaron por las actuales calles San Martín y Reconquista hasta hacer retroceder a los ingleses. Sin mayores defensas, el general británico se rinde y entrega sus armas a los líderes criollos. El poder quedó en manos de Liniers, quien se ocupó de organizar la ciudad para el contraataque inglés, que no tardaría en llegar.
Los ingleses desembarcaron en Quilmes el 25 de junio con una poderosa escuadra comandada por el militar británico William Carr Beresford, el 27 de junio de 1806 la ciudad de Buenos Aires fue ocupada. Con poca capacidad de defensa por parte de las autoridades virreinales, los ingleses ocuparon rápidamente la ciudad e izaron su bandera en el fuerte, núcleo del poder del Virreinato, durante 46 días, los cuales estuvieron signados por la moderación y los intentos por ganarse a los "porteños". El cambio más importante fue la apertura del comercio, que hasta entonces se regía por el monopolio ligado a la metrópolis española.
Esta invasión significaba la cristalización de la estrategia de los círculos comerciales y políticos ingleses sobre la conveniencia de apoyar la independencia de América del Sur y copar su mercado de incalculable riqueza. Fue entonces cuando los comerciantes que estaban favorecidos por el régimen previo (el español) se organizaron para reconquistar la ciudad y el liderazgo recayó sobre el capitán de fragata Santiago de Liniers, quien, desde la provincia oriental (actualmente Uruguay) organizó las milicias para recuperar a Buenos Aires.
El 4 de agosto fondearon frente al Puerto de las Conchas (Tigre) y desde allí marcharon hacia la ciudad. En su camino se unieron paisanos y el ejército de Juan Martín de Pueyrredón y muchos de los pobladores ayudaron al ejército de Liniers, que ya contaba con 4000 hombres.
El 12 avanzaron por las actuales calles San Martín y Reconquista hasta hacer retroceder a los ingleses. Sin mayores defensas, el general británico se rinde y entrega sus armas a los líderes criollos. El poder quedó en manos de Liniers, quien se ocupó de organizar la ciudad para el contraataque inglés, que no tardaría en llegar.
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