viernes, 7 de agosto de 2015

Kirchner versus Scioli

GRAVES DENUNCIAS Y NUEVO FRENTE DE PELEA

Mientras intenta enfriar –temporalmente- la elocuente disputa mantenida con Eduardo Duhalde, el presidente Néstor Kirchner ha cambiado el rumbo de su odio hacia el frívolo Daniel Scioli, su vicepresidente.
Es sabido en la periferia kirchnerista que el presidente nunca terminó de aceptar a Scioli como su segundo aunque, a vista de algunos medios, la relación entre ambos actualmente era buena. Como botón de muestra, se puede contar que el santacruceño cerró con llave su despacho y dio precisas instrucciones en Casa de Gobierno de que Scioli fuera vigilado de cerca por si quería ingresar al mismo.
Entre las cosas que más fastidian a Kirchner de Scioli, podemos nombrar los fastuosos eventos que este último realiza continuamente con artistas y empresarios.
Asimismo, el presidente aún recuerda lo acontecido en mayo de 2003 cuando su vice reclamó que aumentaran las tarifas y se puso en contra de la política de Kirchner respecto a la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final. Esa actitud, le costó cara a Scioli: automáticamente Kirchner echó del gobierno a su gente de confianza en la Secretaría de Turismo y Deporte.
En ese momento, el primer mandatario aseguró respecto al ex motonauta: “Scioli no puede hacerse el distraído, porque él sabía lo que yo pienso. Me disparó al corazón".


Sin amistad

Kirchner y Scioli mantienen una mera relación institucional, alejada por completo de todo vinculo de intimidad. El primero es muy desconfiado y, el segundo, muy orgulloso, por lo cual es difícil que puedan llegar a ser amigos en algún momento.
Lo que más desconfianza le genera a Kirchner es la óptima relación que Scioli mantiene con Eduardo Duhalde, su enemigo más acérrimo.
Por eso, mientras el Presidente esté de gira, quien manejará los asuntos importantes del Gobierno será su mano derecha, el incombustible jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Las instrucciones que le dejó el mandatario fueron, entre otras, la de mantener el funcionamiento normal de la administración y la de telefonear a China de inmediato en caso de haber alguna complicación.
A Scioli, por su parte, Kirchner lo puso en caja minutos antes de subir al Tango 01 y le dejó una agenda muy acotada, cuyas actividades son, en su mayoría, protocolares.
El afectado más evidente por estos roces es el ministro Fernández, a quien ya están pensando en pedirle que permanezca en el país durante todos los viajes presidenciales, sobre todo durante las incursiones de Kirchner al exterior.
Según una fuente de la intimidad del jefe del Estado citada por diario La Nación, las razones de tal decisión son obvias: “Scioli quedará a cargo del Poder Ejecutivo durante esas salidas, y Alberto deberá quedarse cuidando la casa".
“¿No van a hablar más Kirchner y Scioli?”, repreguntó el cronista de La Nación, obteniendo una respuesta inesperada: "Y... vea: cuando baje toda la espuma del conflicto y ya nadie se acuerde de la crisis entre ellos, el Presidente lo va a llamar y le dirá: ‘Daniel, quedate tranquilo y tocando la campanita’”.
Por su parte, Scioli aseguró que Kirchner “puede estar tranquilo” porque él es un hombre previsible y hay algo que tiene muy claro: él es el vicepresidente de Kirchner.
Pero lo que desconoce el ex motonauta es que existe en este momento una investigación llevada adelante en su contra por la Oficina Anticorrupción que detectó “graves irregularidades” en dos subsidios entregados por la ex Secretaría de Desarrollo Social, en 1999 a cargo de Ramón Ortega, a una fundación que le pertenece y que terminaron utilizándose, entre otras cosas, para comprar whisky, sidra y latas de cerveza.
El gobierno esperó a irse a China antes de pedir el impulso de la causa e instruyó al director de dicho organismo, Daniel Morín, para que investigue y junte más elementos.
Por eso, frente a la pregunta del periodismo, Morín aseguró que está “evaluando denunciar a Scioli” y afirma que duda entre esperar a “juntar más elementos” o “ir con lo que tengo”. Muy elocuente.


Concluyendo

El verdadero trasfondo de la pelea entre Kirchner y Scioli es el mismo que el de la pelea del presidente contra Duhalde y tiene que ver con la construcción del poder a futuro.
Aparte de intentar imponer algunos de sus hombres para la lista de candidatos del año 2005, el mandatario busca fortalecer a su esposa, Cristina de Kirchner y empieza a trabajar en una inquietante formula: “Kirchner - Kirchner” con miras al año 2007.
El gobierno sabe que el año que viene la primera dama ganará las elecciones bonaerenses y especula con que en el 2007 pueda ser gobernadora en la misma provincia.
A preparar los guantes de box, pues.



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