¿Qué es el poder en el peronismo?
Sin
lugar a duda alguna, la gesta del 17 de octubre de 1945, cambió la
concepción de lo que era el poder político hasta ese entonces y,
fundamentalmente, el grado y las formas de participación del pueblo en la
toma de decisiones.
Hemos
apuntado reiteradamente que, estas últimas, corrían por los canales
de los partidos políticos y de los sindicatos. Pero, por las razones que
también ya dimos, ambas eran limitadísimas y muchas veces, especialmente en
los partidos políticos, expresaban un poder meramente formal. El sistema
demoliberal representativo, cree y hace creer que el poder está solo en el
control del estado y que la vía son los partidos políticos. De acuerdo con
esta idea, el poder es tomado cuando se accede a ese control mediante un
acto eleccionario. Esa visión limitada y a veces ingenua, es la que
prevalecía en la Argentina de principio de los cuarenta. El poder real
estaba en otro lado, a veces coincidente con los partidos y con el acceso
al estado, por caso el conservadorismo liberal, y siempre presente detrás
de las estructuras de gobierno y del estado, esté quien esté en el
gobierno.
De modo tal que, la sociedad argentina se enfrentaba en la década del
cuarenta con el fin de una era, porque ese esquema hacía agua por todos
lados y no daba cabida a todos los integrantes de la comunidad, ni
respuesta alguna a sus problemas. La patria era solo un término. En
realidad era una colonia, pero debía terminar.
Cuando
nace el peronismo, una nueva concepción de lo que es el poder aparece en
escena, en la conciencia del pueblo y una nueva clase dirigente deja atrás
toda una época ya superada por los hechos, que sin embargo se resistirá a
morir del todo por décadas, y hasta intenta resucitar en el presente.
Básicamente importa saber, desde el punto de vista del análisis
de los hechos históricos, que, estos son en el peronismo, una acumulación
de poder y no el mero hecho de obtener una posición en el estado, mediante,
por ejemplo, una victoria electoral y creer que se “tomó el poder”, solo
por controlar un parte del espacio donde se toman algunas decisiones.
De hecho, la concepción de la Comunidad Organizada, donde cada persona y
cada organización pueden optar por distintas formas de participación en la
planificación de las políticas y en la ejecución de las acciones
mismas, importa un cambio revolucionario, que implica entre otras cosas,
que cada individuo, cada organización política, sindical, económica, cultural
y que cada institución libre del pueblo que se alinee, suma poder para el
conjunto.
Los hechos mismos que protagonicen en el terreno de las
decisiones, acrecientan el poder del conjunto y se lo otorga a cada uno de
ellos.
Un
claro ejemplo de esto, es la visión que ofrecen cuatro hechos consecutivos.
Las acciones de Perón y sus colaboradores desde la Secretaría de Trabajo y
Previsión, legislando, decretando, ampliando y haciendo cumplir normas de
trabajo, fue un hecho de poder, desde un espacio preciso y determinado.
La
gesta del 17 de octubre de 1945, donde el pueblo trabajador argentino
le impone su voluntad a la oligarquía, reponiendo a su líder en el lugar en
el que estaba y manteniendo todas las conquistas conseguidas, es un hecho
de poder que se suma al control de la Secretaría de Trabajo y Previsión.
La
llegada al acto electoral del 24 de febrero de 1946, es una imposición de
Perón y del pueblo a la oligarquía. La limpieza con que se realizó es otra
condición que debió cumplirse. El triunfo en las elecciones consolida todas
las posiciones anteriores y suma poder. La asunción de Perón a la
presidencia es la resultante de todo lo anterior y permite controlar y
rediseñar el estado. Nuevamente aparece el concepto de sumatoria y todo lo
que habrá de realizarse desde 1946 en adelante, se hará con “el concurso
del pueblo organizado”, única fuente de poder.
El
poder entonces se acumula, no solo se conquista o se toma, y para la
concepción peronista, la posibilidad de ejercitar el poder debe llegar hasta
el último de los individuos. Por lo tanto debe repartirse, de lo contrario,
sino es para todos, no es poder en la concepción peronista. Para la
partidocracia demoliberal representativa, el poder es solo para los
dirigentes “representantes” del pueblo: “un pequeño grupo de individuos,
los representantes, toman decisiones y administran el poder que una gran
cantidad de individuos, los representados, les ha delegado”. (1)
En
el marxismo también está la concepción de la “vanguardia esclarecida”,
depositaria y dueña del poder de decisión, minoritaria al extremo y a su
modo “representante” de la clase trabajadora. Poca diferencia entre
liberales y marxistas. Esta es la enorme y gigantesca diferencia con el
peronismo naciente.
El
objetivo en el peronismo, es una democracia social, orgánica y directa,
pero semejante objetivo no se alcanza ni con un golpe de estado, ni con una
victoria electoral, ni con ningún triunfo parcial. Es un largo
encadenamiento de hechos en esa dirección. La historia que sigue es la
historia de ese proceso, el de una revolución sustentada en la construcción
y edificación de un gran cuerpo social donde todos tengan poder.
“El
Movimiento Justicialista es el único que se planteó gestar instituciones
sociales como basamento de la sociedad argentina.
Ello fue posible gracias a una acción doble aparentemente contradictoria.
Una vertiente consistió en obtener el mejor funcionamiento de las
instituciones estatales vigentes. Su objetivo, agotarlas, demostrando las
limitaciones de su alcance y los problemas que no resolvían, a la par de
facilitar en tiempo y espacio el otro curso de acción. Este último se
orientó a la construcción de un sistema de poder alternativo cuya principal
expresión se alcanza en la organización gremial. (Claramente
ampliado y extendido por la creación de la orgánica movimientista desde el
primer momento a partir de 1946 y por el llamamiento del general Perón a
las instituciones libres del pueblo en su mensaje del 1º de mayo de 1954)Su
objetivo: “…la construcción de una democracia orgánica, social y
directa. Esta será posible si al mismo tiempo organiza como áreas
autónomas y a la vez relacionadas, tanto el interés como la opinión
de las personas.” (2)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario