Juan Facundo Quiroga nació en 1778, en San Antonio, departamento de Los Llanos, en la provincia de La Rioja. A los 16 años comenzó a conducir las arrias de su padre, el estanciero José Prudencio Ouiroga. Tras un breve paso como voluntario por el Regimiento de granaderos a caballo, en Buenos Aires, regresó en 1816 a La Rioja, donde colaboró activamente con el ejército del norte que luchaba contra los realistas, proveyéndolo de ganado y tropas. En 1818 recibió de Pueyrredón el título de "benemérito de la Patria" y a fines de ese año intervino destacadamente para sofocar un motín de prisioneros españoles en San Luis.
A partir de 1820, con el cargo de jefe de las milicias de Los llanos, se inició en La Rioja la preponderancia de Quiroga. Convertido en árbitro de la situación riojana, contribuyó a colocar en el gobierno provincial a Nicolás Dávila, quien en ausencia de Quiroga intentó apoderarse de la artillería y el parque de Los Llanos. El caudiillo derrotó al Gobernador en el combate de El Puesto y aunque asumió la gobernación sólo por tres meses - 28 de marzo al 28 de Junio de 1823 - continuó siendo, en los hechos, la suprema autoridad riojana.
Quiroga brindó su apoyo entusiasta al Congreso de 1824 reunido en Buenos Aires, pero pronto se produjo su ruptura con los unitarios porteños. En esos momentos, el gobierno de La Rioja se asoció con un grupo de capitalistas nacionales encabezados por Braulio Costa, a quien se otorgó la concesión para explotar las minas de plata del cerro de Famatina. Facundo, como comandante del Departamento, fue también accionista de la compañía y, por el convenio, quedó encargado de asegurar la explotación, con cuyo producto se acuñaría moneda a través del Banco de Rescate y la Casa de Moneda de La Rioja. Sin embargo, la designación de Rivadavia como Presidente de la República, en 1826, alteró estos planes. El Presidente, que durante su permanencia en Inglaterra había promovido la formación de una compañía minera, nacionalizó la riqueza del subsuelo y también la moneda, prohibiendo la acuñación a toda institución que no fuera el Banco Nacional, por él creado. La reacción de Quiroga fue inmediata. Junto a los otros gobernadores que resistían la política centralista de Rivadavia que culminó con la sanción de la Constitución unitaria, se levantó en armas contra el presidente, enarbolando su famoso lema de Religión o Muerte. Su lucha contra los unitarios había comenzado, en realidad, en 1825, cuando Quiroga derrotó a La Madrid - usurpador del gobierno de Tucumán - en El Tala y Rincón de Valladares.
A partir de 1820, con el cargo de jefe de las milicias de Los llanos, se inició en La Rioja la preponderancia de Quiroga. Convertido en árbitro de la situación riojana, contribuyó a colocar en el gobierno provincial a Nicolás Dávila, quien en ausencia de Quiroga intentó apoderarse de la artillería y el parque de Los Llanos. El caudiillo derrotó al Gobernador en el combate de El Puesto y aunque asumió la gobernación sólo por tres meses - 28 de marzo al 28 de Junio de 1823 - continuó siendo, en los hechos, la suprema autoridad riojana.
Quiroga brindó su apoyo entusiasta al Congreso de 1824 reunido en Buenos Aires, pero pronto se produjo su ruptura con los unitarios porteños. En esos momentos, el gobierno de La Rioja se asoció con un grupo de capitalistas nacionales encabezados por Braulio Costa, a quien se otorgó la concesión para explotar las minas de plata del cerro de Famatina. Facundo, como comandante del Departamento, fue también accionista de la compañía y, por el convenio, quedó encargado de asegurar la explotación, con cuyo producto se acuñaría moneda a través del Banco de Rescate y la Casa de Moneda de La Rioja. Sin embargo, la designación de Rivadavia como Presidente de la República, en 1826, alteró estos planes. El Presidente, que durante su permanencia en Inglaterra había promovido la formación de una compañía minera, nacionalizó la riqueza del subsuelo y también la moneda, prohibiendo la acuñación a toda institución que no fuera el Banco Nacional, por él creado. La reacción de Quiroga fue inmediata. Junto a los otros gobernadores que resistían la política centralista de Rivadavia que culminó con la sanción de la Constitución unitaria, se levantó en armas contra el presidente, enarbolando su famoso lema de Religión o Muerte. Su lucha contra los unitarios había comenzado, en realidad, en 1825, cuando Quiroga derrotó a La Madrid - usurpador del gobierno de Tucumán - en El Tala y Rincón de Valladares.
Caído Rivadavia, Quiroga apoyó la efímera gestión de Dorrego, cuyo fusilamiento volvió a encender la chispa de la guerra civil. Facundo se convirtió entonces en figura descollante del movimiento federal y, en el interior, enfrentó a las fuerzas unitarias del General Paz. El Tigre de Los Llanos, como lo llamaban amigos y adversarios, cayó derrotado en La Tablada y en Oncativo. En Buenos Aires, con la ayuda de Rosas, formó una nueva fuerza, llamada División de Los Andes, Al frente de ella ocupó San Luis y Mendoza, en Córdoba persiguió a La Madrid - el jefe de las fuerzas unitarias después de la captura de Paz - y, ya en tierra tucumana, lo derrotó completamente en La Ciudadela. En esos momentos su poder y su prestigio alcanzaban el punto más alto. Después de participar en la etapa preparatoria de la campana del desierto realizada por Rosas, permaneció con su familia en Buenos Aires durante un tiempo. En 1834, a pedido de Maza, gobernador de Buenos Aires, y del propio Rosas, medió en un conflicto entre Salta y Tucumán. En Santiago del Estero se enteró del asesinato de De La Torre, gobernador salteño. Cumplida su misión en el norte, Quiroga emprendió el regreso hacia Buenos Aires, desoyendo las advertencias sobre la posibilidad de que se lo intentara asesinar y rechazando el ofrecimiento de protección que le hizo Ibarra, el gobernador santiagueño. Su coraje lo condujo, una vez más, a enfrentarse con la muerte. Pero en esta oportunidad, el Tigre perdió la partida: en Barranca Yaco fue ultimado por un grupo de asesinos enviados por los hermanos Reynafé, a la sazón dueños del gobierno de Córdoba.
Fuente: www.historiadelpais.com.ar | La imagen pertenece al artista Octavio Calvo
Fuente: www.historiadelpais.com.ar | La imagen pertenece al artista Octavio Calvo
PUBLICIDAD |
Juan Facundo Quiroga
(San Antonio, provincia de La Rioja, 1788 - Barranca Yaco, provincia de Córdoba, 16 de febrero de 1835), político y caudillo militar argentino, partidario de un gobierno federal durante las guerras intestinas en su país, posteriores a la declaración de la independencia.
Hijo de un hacendado de la norteña provincia de La Rioja, jefe de las milicias de la comarca, Facundo Quiroga heredó el título militar de su padre y participó en las luchas por la independencia.
Establecido el gobierno criollo, aumentó su fortuna mediante la concesión, obtenida del gobierno local, para explotar las minas de cobre y plata de la región y acuñar moneda. Cuando el ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia, licita esas minas a inversores británicos, sobre las cuales no tenían derechos, más la leva forzada realizada por el general Gregorio Aráoz de Lamadrid en Tucumán y Catamarca para la Guerra del Brasil, y el tratado realizado por el gobierno de Buenos Aires (como Representante de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina) con Gran Bretaña por el cual se establece la libertad religiosa, lo deciden a tomar partido en la lucha entre unitarios (partidarios de un gobierno liberal fuerte establecido en Buenos Aires) y federales. Bajo la bandera de Religión o Muerte cae sobre la provincia de Tucumán, derrota al ejército unitario y toma la provincia de San Juan.
En 1829, tras la toma de la provincia de Córdoba por parte del general unitario José María Paz, Quiroga invade esa provincia pero es vencido en la batalla de La Tablada. Refugiado en Buenos Aires, encabeza un ejército que intenta nuevamente derrocar al general Paz, pero es vencido en la Batalla de Oncativo. Sin embargo, Quiroga realiza un nuevo intento, en 1831, esta vez evitando la provincia de Córdoba. Invade las provincias de San Luis y Mendoza a través de territorio indígena, y esta vez tiene éxito. Desde allí, Quiroga avanza hacia el norte hasta que vence a los últimos reductos del ejército unitario, liderados por Lamadrid, en la batalla de La Ciudadela, en la provincia de Tucumán.
Quiroga juega un papel relevante en Buenos Aires en los años siguientes. Allí se debate si el país debe darse o no una Constitución federal. Quiroga es partidario de una rápida organización nacional, pero otros caudillos, entre ellos Rosas, no están de acuerdo, sostienen que aún debe esperarse a que maduren las condiciones.
Enviado al norte para mediar en un conflicto entre las provincias de Salta y Tucumán, es emboscado en los breñales de Barranca Yaco y asesinado de un balazo en un ojo. Su cuerpo es luego tajeado y lanceado. Aunque capturó y ajustició a los asesinos, encabezados por Santos Pérez (un oficial de las milicias de Córdoba, los salvajes unitarios intentaron convencer de que Rosas, el poderoso caudillo bonaerense, estuvo tras el homicidio. No obstante, no hubo pruebas de ello y el enigma quedó insoluble.
Fuente: Wikipedia | La imagen pertenece al artista Octavio Calvo
Establecido el gobierno criollo, aumentó su fortuna mediante la concesión, obtenida del gobierno local, para explotar las minas de cobre y plata de la región y acuñar moneda. Cuando el ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia, licita esas minas a inversores británicos, sobre las cuales no tenían derechos, más la leva forzada realizada por el general Gregorio Aráoz de Lamadrid en Tucumán y Catamarca para la Guerra del Brasil, y el tratado realizado por el gobierno de Buenos Aires (como Representante de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina) con Gran Bretaña por el cual se establece la libertad religiosa, lo deciden a tomar partido en la lucha entre unitarios (partidarios de un gobierno liberal fuerte establecido en Buenos Aires) y federales. Bajo la bandera de Religión o Muerte cae sobre la provincia de Tucumán, derrota al ejército unitario y toma la provincia de San Juan.
En 1829, tras la toma de la provincia de Córdoba por parte del general unitario José María Paz, Quiroga invade esa provincia pero es vencido en la batalla de La Tablada. Refugiado en Buenos Aires, encabeza un ejército que intenta nuevamente derrocar al general Paz, pero es vencido en la Batalla de Oncativo. Sin embargo, Quiroga realiza un nuevo intento, en 1831, esta vez evitando la provincia de Córdoba. Invade las provincias de San Luis y Mendoza a través de territorio indígena, y esta vez tiene éxito. Desde allí, Quiroga avanza hacia el norte hasta que vence a los últimos reductos del ejército unitario, liderados por Lamadrid, en la batalla de La Ciudadela, en la provincia de Tucumán.
Quiroga juega un papel relevante en Buenos Aires en los años siguientes. Allí se debate si el país debe darse o no una Constitución federal. Quiroga es partidario de una rápida organización nacional, pero otros caudillos, entre ellos Rosas, no están de acuerdo, sostienen que aún debe esperarse a que maduren las condiciones.
Enviado al norte para mediar en un conflicto entre las provincias de Salta y Tucumán, es emboscado en los breñales de Barranca Yaco y asesinado de un balazo en un ojo. Su cuerpo es luego tajeado y lanceado. Aunque capturó y ajustició a los asesinos, encabezados por Santos Pérez (un oficial de las milicias de Córdoba, los salvajes unitarios intentaron convencer de que Rosas, el poderoso caudillo bonaerense, estuvo tras el homicidio. No obstante, no hubo pruebas de ello y el enigma quedó insoluble.
Fuente: Wikipedia | La imagen pertenece al artista Octavio Calvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario