EL DEFAULT DE LA DEUDA
INTRA-ESTADO.
Por Héctor GIULIANO (9.9.2015).
Oficialismo, oposición
política y grandes medios de comunicación repiten a coro y constantemente que
la Argentina se ha venido des-endeudando bajo la administración Kirchner pero
esto no es cierto y tales afirmaciones configuran un grosero engaño a la
opinión pública y, consecuentemente, al pueblo argentino.
Este mito del
des-endeudamiento viene a caballo de la política sistemática seguida por la
administración K de pago de la deuda con terceros – acreedores privados y
organismos financieros internacionales – mediante recursos tomados de casi
todas las cajas del Estado, contra entrega de títulos públicos que actúan como
“vales de caja” sin capacidad de repago.
Todos se jactan de un
supuesto des-endeudamiento pero lo que ninguno dice – clase política, medios y
economistas del establishment – es quién, cuándo y cómo va a devolver esta
enorme masa de dinero a los organismos del Estado que han sido “empapelados”
con bonos impagables; con el agravante que tales entes no le han prestado ni le
prestan al Tesoro fondos propios sino fondos administrados que son de terceros:
fundamentalmente dinero de los jubilados de la ANSES, reservas del BCRA y
depósitos del BNA.
EL MITO DEL
DES-ENDEUDAMIENTO.
La Deuda Pública del Estado
Central ha venido aumentando durante la gestión K a un promedio de 10.000 MD[1]
por año.
Según datos del Ministerio
de Economía (MECON) la deuda era de unos 150.000 MD (152.600) al momento de la
asunción de Néstor Kirchner - mediados del 2003– y llegaba a los 233.200 al
31.12.2014 (último dato oficial): 221.700 MD de deuda performing o con
cumplimiento del pago de intereses y 11.600 MD por bonos no presentados al
megacanje Kirchner-Lavagna del 2005-2010 (Holdouts).
A esta cifra, empero, hay
que sumarle la deuda no computada de los cupones ligados al PBI – entre
10/15.000 MD – y los excedentes estimados a pagar a los holdouts por los
juicios perdidos en Nueva York y diversas jurisdicciones del mundo, que
agregarían otros 10/15.000 MD por concepto de sentencias y arbitrajes,
intereses acumulados, punitorios, honorarios y gastos.
Contando estos dos rubros
(20/30.000 MD) y las nuevas obligaciones que se vienen colocando durante el
corriente año a través del nuevo “festival de bonos” en curso la Deuda Pública estaría actualmente en el
orden de los 260.000 MD o más.
Sin considerar aquí el total
de intereses a pagar en el futuro, que según el MECON es de 75.000 MD pero que
en la práctica constituye una suma permanente y creciente porque la totalidad
de los vencimientos de capital se cubre íntegramente con nuevas obligaciones
(novaciones de deuda) y además se toma deuda adicional.
El año 2014 el stock de la
deuda pública aumentó en 19.000 MD y para el corriente ejercicio - según
Presupuesto 2015 - está previsto que la deuda aumente en otros 18.000 MD.
Por eso decimos:
a)
que no es cierto que la Argentina se esté
des-endeudando porque la deuda pública sigue aumentando fuertemente,
b)
que el país no se ha liberado del problema de
la deuda porque continúa bajo la trampa de deuda perpetua – por refinanciación
sistemática de sus vencimientos de capital y por la continua toma de más deuda
– y
c)
que la administración K, después de más de
diez años de gestión, ha venido batiendo récords de pago de servicios de la
deuda con terceros no para independizarse del sistema de endeudamiento
estructural que padece nuestro país sino para volver a endeudarse en el mercado
local e internacional de capitales.
Y el gran instrumento para
viabilizar este proceso de re-endeudamiento es la Deuda intra-Sector Público o
Deuda intra-Estado.
LA DEUDA INTRA-ESTADO.
El 61 % de la deuda del
Estado Central – 136.000 MD sobre la deuda performing oficial de 221.700 – está
en manos del propio Estado.
Esto es así porque la
administración Kirchner adoptó la política de pago de la deuda con terceros utilizando
fondos que saca de toda una serie de organismos públicos.
En el caso argentino y bajo
el gobierno K los principales prestamistas del Sector Público son tres:
- El
Banco Central (BCRA), al que el Tesoro Nacional le debe hoy 90.000 MD por
concepto de Títulos Públicos y de Adelantos Transitorios (59.000 en
dólares y 31.000 en pesos respectivamente).
- La
ANSES – que no tiene fondos propios sino que administra la plata de los
jubilados – que tiene más del 64 % del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad (FGS) del Sistema Previsional prestado al Gobierno.
- El
Banco Nación (BNA), cuya finalidad primaria es prestar al sector privado
productivo pero tiene aproximadamente la mitad de su cartera de créditos
prestada al Estado (en préstamos y títulos públicos).
Pero además de estos tres
organismos toda una larga serie de otros entes públicos viven prestándole
dinero al gobierno[2]:
a) AFIP-Administración
general de Ingresos Públicos, b) AGP-Administración general de Puertos, c) BICE-Banco
de Inversión y Comercio Exterior, d) CMEA, e) CAMMESA-Compañía Administradora
del Mercado Mayorista Eléctrico S.A., f) IAF-Instituto de Ayuda Financiera para
Pago de Retiros y Pensiones Militares, g) INDER-Instituto Nacional de
Reaseguros, h) Lotería Nacional, i) FFSIT-FF (Fondo Fiduciario) Sistema de
Infraestructura de Transporte, j) FFRH-FF Recuperación Hipotecaria, k) ENARSA-Energía
Argentina SA, l) FFFIR-FF Federal de Infraestructura Regional, m) FAH, n) FFRE-FF
de recuperación de Empresas, o) FFRH-FF
de Recuperación Hipotecaria, p) FFPEV-FF para eliminar la Violencia, q) INDER-Instituto
Nacional de Reaseguros, r) PAMI-Programa Asistencial Médica Integral (!), s) PROCREAR-Programa
de Crédito Argentino, t) SRT-Superintendencia de Seguros de Trabajo, y otros
entes públicos y/o semi-públicos.
Estos préstamos de la Deuda
intra-Estado usualmente se hacen contra letras/bonos que en la práctica
equivalen a desvíos de fondos de sus destinos específicos y no tienen capacidad de repago demostrada.
Es decir, que son un
“paga-Dios” que sirve para cubrir vencimientos que son así traspasados al Fisco
por vía de operaciones de rescate o recompra de las obligaciones con terceros
sin posibilidad alguna de restitución de esos fondos prestados.
El grave problema de la
descapitalización y desfinanciamiento producido por toda esta masa de
obligaciones impagables intra-Sector Público – un desequilibrio fiscal
estructural que se cubre con refinanciaciones permanentes - es abiertamente
soslayado por la clase política – oficialismo y oposición – por la clase
dirigente en general y por los economistas del establishment en particular.
PROYECCIONES Y PERPECTIVAS.
Tener deuda interna e
intra-Estado, en lo inmediato, obviamente es mejor que tener deuda externa con
terceros, pero ello no elimina la cuestión de fondo del re-endeudamiento y toma
de nueva deuda sin capacidad de repago (con el sector público y con el sector
privado), sobre todo si se tiene en cuenta cuál es el objetivo final de este
macro-sacrificio de recursos y activos financiero-fiscales.
Es el símil de un préstamo coercitivo
u obtenido bajo presión a familiares o amigos para pagarle obligaciones a un
tercero, con el agravante ya citado que el Tesoro se está apropiando así de
fondos que no son propios del Estado y que tienen finalidades o destinos
diferentes al pago de la Deuda Pública.
La cuestión de la Deuda
intra-Estado no es neutra – no se trata de un “pagaré” donde acreedor y deudor
son la misma persona y, por ende, su falta de cumplimiento o default no tiene consecuencias
sobre las Finanzas Públicas: es plata que se tiene que devolver.
El costo financiero de la
Deuda intra-Estado conlleva la descapitalización del BCRA, el desfinanciamiento
del sistema previsional que administra la ANSES, la merma de créditos
prestables al sector privado productivo por parte del BNA y un sistemático
desvío de fondos presupuestarios de sus destinos específicos.
La presidenta CFK – en su
discurso del 26.8.2014 (donde auto-calificó la gestión Kirchner de “pagadora
serial”) – dijo que en el decenio 2003-2012 la Argentina pagó 173.700 MD a sus
acreedores.
Pero la deuda pública, pese
a tales pagos, no bajó en relación al stock existente al inicio de su gestión sino
que, por el contrario, aumentó fuertemente durante el período.
La explicación de este
“fenómeno” – saldo inicial de 150.000 MD al 2003 menos 174.000 MD de pagos de
la Deuda durante 10 años contra saldo final de 233.000 MD (ó 260.000) al
31.12.2014 - muestra claramente que todos esos “pagos” fueron en realidad
cancelaciones efectuadas íntegramente con nuevas deudas – pagando “deuda con
deuda” – tal como se sigue haciendo hasta la fecha en forma sistemática
(exactamente al revés de lo que dice el ministro Kicillof), a la vez que se
toma deuda adicional.
Esta utilización masiva de
la Deuda intra-Estado ha venido siendo realizada por la administración Kirchner
para cumplir escrupulosamente la Deuda Pública con Terceros a costa de
traspasarle las obligaciones impagables al Fisco: algo así como ofrecerle a los
acreedores el ideal de que el deudor – en este caso, la Argentina – se “trague”
su propia deuda (vía rescates o recompras); cosa que la administración K fue instrumentando
todos estos años a través del sistemático pago de obligaciones en moneda
extranjera con reservas internacionales del BCRA y pagos de obligaciones en
pesos con toma de fondos contra colocación generalizada de títulos dentro de la
Administración del Estado.
El des-endeudamiento con
terceros vía transferencia del grueso de la deuda al propio Estado deudor deja
abierta, a la vez, la posibilidad – una “posibilidad” que ya se está ejecutando
- de una reducción parcial y gradual de la misma aunque no por cobertura o cumplimiento
sino al contrario, por su licuación e impago:
a)
A través de la renovación permanente de las
obligaciones intra-estatales a su vencimiento – con bajas tasas de interés o
directamente sin intereses - y/o practicando condonaciones parciales.
b)
A través de la licuación de la Deuda en Pesos
ajustada por CER – que está en manos de la ANSES – de modo que por
sub-indexación de tales ajustes esa deuda intra-sector público tenga una
reducción progresiva tanto en su valor real como expresada en dólares (conforme
a la metodología internacional).[3]
c)
Paralelamente, el diferimiento de la aplicación
de la movilidad jubilatoria del 82 % y la muerte de jubilados/pensionados – con
el consiguiente ahorro de pagos y retroactivos (directamente vinculados a la
edad de los beneficiarios) - también iría descargando con el tiempo gran parte
de la Deuda intra-Estado de y con la ANSES.
Este mecanismo no eliminaría
totalmente la deuda intra-sector público pero atenuaría su peso vía licuación e
impago de compromisos, sirviendo así funcionalmente, en la práctica, como
“préstamo-puente” para – descargando obligaciones con terceros – volver a tomar
nueva Deuda Externa.
La clave de toda esta
operatoria reside entonces en que ahora la mayoría de la deuda del Estado
Central es Deuda intra-Estado, que dicha deuda traspasada es impagable y que
merced a este mayúsculo “desagote parcial” de obligaciones con terceros a costa
del desfinanciamiento público la administración K y el nuevo gobierno electo
quedan cada vez más en condiciones de lograr el objetivo del Megacanje
Kirchner-Lavagna de 2005-2010 y de la Hoja de Ruta Boudou del 2008, consistente
en retornar al mercado internacional de capitales, precisamente para volver a
endeudarse.
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 9.9.2015
Archivo: GIULIANO ARTICULO
2015 09 09 DP INTRA-ESTADO.
NOTAS:
[1] Las siglas MD/M$ significan
Millones de Dólares/Pesos y se expresan siempre con redondeo, por lo que puede
haber mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.
[2] No se incluye aquí – aclaración muy
importante - el total de la Deuda Pública Nacional, que comprende también las
deudas de Provincias/Municipios, Empresas Públicas/Organismos Nacionales/Fondos
Fiduciarios (FF), Banco Central (BCRA) y juicios contra el Estado con sentencia
en firme; cuyo monto consolidado no se conoce porque no es informado por las
autoridades.
[3] Por definición, toda
devaluación del peso – sea por minidevaluaciones graduales (como en la
actualidad) o por macro-devaluaciones (como en Enero de 2014) - implica una licuación o reducción del valor
de las obligaciones en moneda local expresadas o computadas en dólares.
Hoy – datos al
31.12.2014 – el 35 % de la deuda performing (222.000 MD) está en pesos
(equivalente a 78.000 MD) y el 65 % está en moneda extranjera (144.000 MD), de
modo que la “licuación” de la deuda en pesos por esta vía ha tenido una fuerte
incidencia al atenuar el monto del incremento anual de la deuda pública total.
El año pasado –
siempre según la información del MECON para el cierre del 2014 – el aumento de
la deuda durante el ejercicio fue de 37.400 MD (40.100 MD de nuevo
financiamiento menos amortizaciones/cancelaciones por sólo 2.700 MD) pero la
disminución producida por la devaluación sobre la deuda en pesos fue de 15.300
MD (16.400 agregando ajuste por CER y otros conceptos menores), de modo que el
aumento de la deuda resultante quedó así en 19.000 MD.
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