lunes, 17 de septiembre de 2012

El memorando de entendimiento YPF-CHEVRON

por Alejandro Teitelbaum

El diario Página 12 del 15 de setiembre anuncia que “PF firmó ayer un memorando de entendimiento (MOU) con la norteamericana Chevron para realizar trabajos de exploración en el yacimiento de Vaca Muerta”. El acuerdo establece “el interés mutuo para desarrollar un cluster de hidrocarburos no convencionales, a través de un proceso de investigación y desarrollo de proyectos conjuntos”. Informa Página 12 que: “Vaca Muerta el tercer yacimiento de petróleo y gas no convencional en el mundo”. Como para despertar la avidez de una empresa como Chevron.

Estas negociaciones son coherentes con la invariable política seguida desde hace años hasta la actualidad, de facilitar la explotación de los recursos naturales agrícolas (sojización) y minerales (minería a cielo abierto, etc.) por parte de los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, con el resultado de graves daños ecológicos y sin repercusión positiva apreciable para el país en el plano económico (ínfima participación en los beneficios) y social (desaparición de muchas pequeñas explotaciones rurales, deplorables condiciones de trabajo en las minas, por el ejemplo en el “Estado independiente” Barrick Gold, a caballo de la Cordillera de los Andes entre Argentina y Chile, etc).

Chevron Corporation es una de las más grandes transnacionales petroleras mundiales, con un siniestro currículo de saqueo de las riquezas naturales y de contaminación ambiental en diversos países.

Su volumen de negocios en 2010 fue de 196 mil millones de dólares. A título de comparación, el PBI de Argentina en 2010 fue de aproximadamente 600 mil millones de dólares.

En enero de este año, después de 17 años de juicio, una Cámara de Apelaciones de Ecuador confirmó la sentencia contra Chevron que la condena a pagar 18 mil millones de dólares de indemnización por haber contaminado durante años una región de la selva amazónica ecuatoriana. Los litigantes acusaron a originalmente a Texaco (comprada por Chevron en 2001) de volcar los residuos de los pozos petroleros directamente en el suelo, contaminando la selva y provocando enfermedades en los pobladores. Chevron Texaco interpuso recurso extraordinario de Casación ante la Corte Nacional de Justicia.

¿Qué son los yacimientos no convencionales, que despiertan tanto el interés de esas grandes empresas? Son arenas bituminosas, petróleo y gas de pizarra o esquisto (shale gas y shale oil) y gas de arenas profundas/ compactas (tight gas es decir reservas de gas y petróleo intersticiales en formaciones rocosas o mezcladas con arena, diferentes de los yacimientos convencionales constituidos en napas. Su explotación requiere técnicas recientes y la utilización de grandes cantidades de agua y químicos de alta toxicidad.

Los más grandes yacimientos no convencionales conocidos en Argentina son los de Vaca Muerta, en Neuquén, que abarca una zona de 30000 km2, 12000 de los cuales controlados por YPF. Objeto del acuerdo con Chevron.

Pero aparte de la enorme inversión y del tiempo que habría que esperar para llegar a un eventual autoabastecimiento energético, se plantean dos cuestiones cruciales : a) la ambiental y b) la posibilidad de negociar en forma transparente defendiendo el interés nacional con las grandes empresas y, ya en la etapa de la explotación, realizar un riguroso control ambiental de las técnicas empleadas y económico de la producción real y de los beneficios, con una equitativa participación estatal en estos últimos.

a) En cuanto a la cuestión ambiental, un artículo de OPSUR (Observatorio Petrolero Sur) distribuido el 19 de marzo ¿Novedad o el horror potenciado? (http://www.opsur.org.ar/blog/2012/04/19/fractura-expuesta). publicado también en Argenpress el 23 de abril, se refiere al serio problema ambiental que plantea la explotación de los yacimientos no convencionales y describe la resistencia que en todas partes se desarrolla contra dicha explotación y las medidas gubernamentales de moratoria para frenar la aplicación del sistema de fractura hidráulica : en el Estado de Quebec, Canadá, en el Estado de Nueva Gales del Sur, Australia, en Sudáfrica donde el Gobierno ordenó el cese de dicha explotación hasta que se hagan los correspondientes estudios , en Francia, donde una masiva movilización popular en 2011 logró que se aprobara una ley que prohíbe la técnica de fractura hidráulica. Esta posición de Francia fue reiterada por el presidente Hollande quien, al anunciar el 14 de setiembre último el rechazo de siete pedidos de exploración de ese tipo de yacimientos, declaró que “nadie puede afirmar que la explotación por fracturación hidráulica no comporta graves riesgos para la salud y el medio ambiente”.

En enero de este año la agencia internacional de noticias Interpress Service distribuyó un artículo de Stephen Leahy : “Gas de esquisto, un puente hacia más calentamiento global” (http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100028).

Como puede apreciarse la explotación de los yacimientos no convencionales implica riesgos ambientales muy considerables.
Desde hace decenios las grandes potencias aplican la estrategia de deslocalizar las industrias contaminantes a los países del Tercer Mundo. La “filosofía” de esta práctica la enunció Lawrence (Larry) Summers, hasta hace poco consejero económico principal de Obama, quien dijo en los años 90, cuando era economista jefe del Banco Mundial, que deslocalizar las industrias contaminantes a los países pobres era de una lógica económica “imparable”.

b) La otra cuestión crucial que está planteada es, dado lo que es público y notorio en materia de corrupción en la Argentina actual, frente a empresas transnacionales con una capacidad de corrupción prácticamente ilimitada y una gran experiencia práctica en la materia, quiénes y cómo defenderían de manera inflexible los intereses económicos y ambientales nacionales. Para poder crear las condiciones de resistir un “cañonazo” de algunos millones de dólares de las petroleras transnacionales habría que cambiar totalmente los modos de gestión, a fin de asegurar la total transparencia, un control institucional democrático y un verdadero control social y popular. Nada de lo cual existe actualmente.

De modo que, en este estado, sólo cabe esperar que Chevron, como lo hace habitualmente en todo el mundo y como ya lo hacen otras grandes transnacionales en Argentina , saqueará el patrimonio nacional y provocará, sin reparo alguno, un vasto desastre ambiental.

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