Los 85 trabajadores de Bolo recuperaron sus fuentes laborales
Fue luego de haber realizado durante siete horas una toma del Ministerio de Trabajo, en la Avenida Callao al 100 de la Ciudad de Buenos Aires, junto a distintas organizaciones. Además, la empresa textil, proveedora de grandes marcas, como Montagne y Cheeky, prometió un adelanto de 5.000 pesos, y el pago en el marco de los próximos diez días de los sueldos adeudados de tres meses y el aguinaldo. A su vez, este jueves 16 de enero, los trabajadores se reintegrarán a sus tareas.
Contacto: Shirley (delegada de la asamblea de trabajadores Mónica Mariel Bolo) 11-4199-8175
Tras una audiencia que duró más de lo esperado, firmaron el acta acuerdo la dueña de la fábrica, Mónica Mariel Bolo, las grandes marcas a las que les provee, los trabajadores y representantes del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Los representantes de las grandes marcas no se querían hacer presentes en la audiencia, por lo que el Ministerio se vio obligado a emitir una orden de traerlas por la fuerza pública si era necesario. Ante esta orden, las marcas se hicieron presentes.
De esta manera, los empleados quedan en blanco, se reintegran a sus tareas este jueves, y queda aún pendiente el reclamo de los trabajadores sobre las pésimas condiciones laborales.
La empresa de Mónica Mariel Bolo adujo que tiene grandes problemas económicos, a pesar de trabajar como proveedora para las grandes marcas, con lo cual vuelve a funcionar con sus máquinas con subsidios que le otorgará el Ministerio de Trabajo, que en la fase previa de las negociaciones había barajado la posibilidad de que los trabajadores se constituyan como una cooperativa de trabajo, aunque luego esa idea quedó en suspenso, ya que implicaba obstáculos legales ya que el terreno de la fábrica no pertenece a Bolo, sino a la hija de la dueña.
Durante la negociación, las empresas que trabajan con Bolo, como Cheeky, Montagne, Pestrige, Wilson y Stone, insistieron una y otra vez en que no querían quedar vinculadas públicamente con la empresa Bolo y el conflicto con sus trabajadores, ya que eso afectaría su imagen pública. A partir de esto, y con el aval de la cartera laboral, la responsabilidad vuelve a caer sobre las tercerizadas, a pesar de que el acta acuerdo conjunto firmada indica explícitamente lo contrario y es prueba de que el triunfo es doble: los trabajadores recuperaron sus puestos de trabajo, pero además, las grandes marcas y el estado quedaron otra vez expuestas y desnudas en su verdadera naturaleza.
Fuente: Anred